Su afición a los toros es solamente una parte de lo que envuelve y caracteriza la vida de Juan Arturo Torres Landa, mejor conocido como El Pollo. Es uno de los principales promotores inmobiliarios de Querétaro, amigo de políticos, empresarios, toreros y artistas, pero, sobre todo, un amante de la libertad de poder convertir en realidad cualquier sueño que imagine.
Proveniente del matrimonio entre Juan José Torres Landa y Teresita García, creció en una familia de diez hermanos. Su padre, fue gobernador del estado vecino de Guanajuato, y fue gracias a él que el desarrollo de Juriquilla tuvo inicio. En 1958 compró un gran terreno que comenzó a explotar la familia, hasta lo que hoy se conoce como Provincia Juriquilla.
Queretano por adopción, llegó a la ciudad en 1968, luego de pasar su infancia en su natal León, y su adolescencia en el anterior Distrito Federal. Fue aquí donde conoció al amor de su vida, la queretana María Guadalupe Urquiza, con quien formó una familia de tres hijos que se extendió con once nietos, todos queretanos.
Un tipo sencillo, pero de gustos exóticos, ya que en su finca alberga animales como tigres de bengala, tucanes, jabalíes, jaguares, venados, entre otros. Amigo de toreros, políticos, artistas y empresarios, pero reservado, ya que en temas de amistad él prefiere calidad que cantidad.
El amor por la tauromaquia le ha concedido tener grandes lujos, como el de traer de vuelta a México a la gran figura española José Tomás. Pero también le ha enseñado a “agarrar el toro por los cuernos”, y convertirse en un guerrero de a pie para la vida, ya que El Pollo padece cáncer, y lleva años lidiando en ese ruedo para ser él quien dé el estoque final a la enfermedad.
Siempre ha dicho que lleva a su patria en el alma, pero a Madrid en el corazón. El pueblo de Juriquilla lo reconoce como un generador de empleos, como amigo del pueblo, hecho que se extendió a todo el estado y a su natal Guanajuato. Mientras que las principales plazas de toros en España le han dado la dicha de contemplar su más grande pasión.
¿Cuál considera que es el principal rasgo de su carácter?
—Me gusta ser muy sincero, muy abierto, y la gran ventaja es que no tengo enemigos. Siempre trato de sumar y sumar.
¿Qué espera de sus amigos?
—Lo mismo, normalmente luego me dicen que me quieren presentar a alguien, pero no; ya con los amigos que tengo es suficiente, no me interesa conocer más. Tengo la suerte de tener amigos entrañables, tristemente se me han ido muchos, pero una de las dichas de mi vida es que supe hacer amigos extraordinarios.
¿Qué es lo más aventurero que ha hecho?
—La cantidad de viajes que hice con amigos a los toros a España, más de 25 años yendo con ellos a España y Francia.
¿Cuál cree que es el ideal de la felicidad?
La familia, tener una familia unida, creo que es a lo máximo a lo que podemos aspirar.
¿Cuál considera que pudiera ser su principal defecto?
—Tengo muchos, hay que preguntárselo a mi señora [ríe].
¿A qué le tiene miedo?
—A perder a un familiar, es a lo que más miedo le tengo.
¿Qué significó recuperarse luego de haber estado bastante delicado de salud?
—Tengo todavía mieloma, cáncer en la médula, lo estoy enfrentando. Tuve trasplante de hígado. Cuando supe la noticia tenía dos opciones: retirarme e irme a mi casa y esperar a ver qué pasaba o, al contrario, agarrar una actitud de echar para adelante, y creo que acerté en lo segundo. Tomé una actitud taurina de enfrentarlo y hacerle la lucha
¿A quién admira?
—A mi padre, lo admiré mucho porque fue un político de los que ahora tanta falta hace. Honradísimo, hizo mucho por su país, hizo mucho por su estado, son de los políticos que su ambición era hacer algo por su pueblo y por su gente; tan es así que lo recuerdan mucho en Guanajuato. Y admiro mucho a Juárez, de los que creo que en la historia me han sembrado algo, y a Adolfo López Mateos.
¿Lema de vida?
—Me encanta la de Vicente Guerrero: ‘La Patria es primero’.
Defínase en tres palabras.
—Ser muy sincero.
¿Tiene alguna colección?
Sí, tengo todos los boletos de los toros a los que he ido en España, año por año, y pongo atrás como resultó la corrida.
¿Qué es lo que más detesta?
—Las injusticias.
Lugar favorito en el mundo
—Después de Querétaro, Madrid.
¿Díganos cómo inició su amor por los toros?
—Mi papá fue muy aficionado a los toros, desde niños nos llevó, y fue muy amigo de los toreros, así que yo siempre estuve familiarizado con la fiesta. Posteriormente me hice muy aficionado y amigo de los toreros, hicimos una plaza que fuera complemento del desarrollo, pero con la finalidad de que fuera algo como parte del hotel, para los convencionistas que se divirtieran echando unas vaquillas, y fue un acontecimiento tan hermoso que me nació la idea de hacer las cosas serias, con corridas formales, carteles bien hechos, y cobrando. Todo surgió el 15 de septiembre de 1987, y llevamos 31 años dando fiesta de toros en Juriquilla.
¿Qué significan los 31 años de la plaza de toros?
—Lo más importante es que las grandes figuras del mundo taurino han pasado por Juriquilla, llámese José Tomás, Enrique Ponce, Pablo Hermoso… todas las figuras han toreado aquí, ha agarrado una importancia a nivel mundial que nos enorgullece. Juriquilla está en boca de todos los taurinos, y todos los toreros y ganaderos quieren siempre estar aquí, eso es uno de los logros más importantes, y satisfacciones más grandes de la familia. Lo que empezamos como juego resultó ser un acontecimiento taurino mundial
¿Cuál ha sido la corrida más significativa que haya presenciado en su vida?
—La que logré hacer en Juriquilla con la reaparición de José Tomás, para mí es lo más emblemático, y la más importante por muchos sentidos, como empresario y también como aficionado, porque hubo una faena de José Tomás que me llenó; tristemente pinchó al toro, pero creo que es de las más hermosas que he visto. Y como aficionado he visto muchas, tengo más de 50 años de aficionado, pero que me haya impactado fue la reaparición de José Tomás.
¿Qué piensa del movimiento de los antitaurinos?
—Están mal informados, piensan en todo menos en la gente, porque no se han dado cuenta de las familias que viven gracias a esta fiesta. Es una tradición, y por generaciones ha vivido mucha gente de ello, y no se vale que piensen en los animales y no en esa gente. Pienso que es una mal información y una ignorancia absoluta. El toro de lidia se acabaría si no hubiese fiesta, a nadie le importaría criar a un toro de lidia porque nació para eso.
¿Qué significó para usted que una figura como Roca Rey le haya brindado un toro en una corrida en España?
—Estar en la feria más importante del mundo taurino en Madrid, y que se te acerque la figura más importante hoy por hoy, y te brinde un toro en Madrid es una emoción muy grande que le agradezco a Andrés, porque brindar un toro en Madrid es algo muy especial. Me siento satisfecho, mandé pedir la cabeza del toro, creo que me la van a traer ahora que venga Andrés, y sí, fue un gusto enorme.
¿Cuál considera que es la enseñanza más grande que le ha dejado esta pasión?
—Las relaciones que gracias a la fiesta he podido tener con grandes empresarios, no solamente en lo taurino, la fiesta de los toros envuelve muchas cosas, para mí ha sido una experiencia de ganar muchos amigos. Me he encontrado a través de los años a mis mejores amigos, y eso ha sido una grata experiencia para mí.
bft