Los feligreses avanzan lentamente por el centro del Templo de la Congregación. Desde el domingo por la noche, previo a su día, la Virgen de Guadalupe comienza a ser visitada por los files, que como cada año se dan cita en su templo.
Para llegar al recinto religioso se deben de sortear los puestos de comida y bebidas instalados para la ocasión. Se ofrecen guajolotes, buñuelos, sopes, los “tradicionales” hot dogs, los jarritos (con o sin tequila), ponche, elotes, tacos al pastor, volcanes, entre otros antojitos mexicanos, capaces de satisfacer a cualquier paladar, por más exigente que sea.
Sobre 5 de Mayo también se debe de tener paciencia, ya que el congestionamiento vial alcanza varias cuadras hacia arriba, pues Pasteur se cierra para que los puestos se instalen y se brinde mayor seguridad a los miles de guadalupanos que se dan cita la víspera del 12 de diciembre.
Es una romería multicolor y llena de olores, ya que el aroma dulzón de los buñuelos se mezcla con el de la grasa de los guajolotes que se preparan en otro puestos.
Las personas buscan en qué puesto saciar el antojo o el apetito. Hay de donde escoger: desde los tradicionales tacos, a los hot dogs, pasando por la enchiladas queretanas, con su papa y zanahoria picada, acompañadas de chiles en vinagre.
La cantidad de personas que están en la calle alcanza los miles. Aprovechan que para muchos es asueto y pasean hasta después de las 21:00 horas por las calles queretanas.
La ciudad registra una temperatura fresca, pero sin que llegue a ser un frío intenso, a pesar de los llamados de las autoridades de la Unidad de Protección Civil ante la previsión de un descenso de las temperaturas.
No es así. Muchos paseantes, recorren las calles ligeros de ropas o “en mangas de camisa”, cubiertos sólo con un chaleco, en el mejor de los casos.
Sin embargo, adentro del Templo de la Congregación, la reunión de tantas personas hace que la temperatura sea más alta, causando los sudores de muchos de los presentes, que avanzan lentamente y con dificultad.
Al entrar al recinto, subiendo las escaleras, muchos fieles toman del agua bendita que se encuentra en la tilma de la estatua de San Juan Diego, en el atrio del templo.
Las personas persignan con los dedos mojados y hacen lo mismo con sus hijos, muchos de ellos de brazos y que aún no comprenden el significado de la festividad.
Sin embargo, con el paso de los años y la conciencia, entenderán que esta fecha es igual o más importante que otras fiestas nacionales, como el 16 de septiembre, el 20 de noviembre y el 5 de mayo.
Al interior de la Congregación, en lo alto, las banderas de los países de América lucen sus colores. Es normal, es la patrona del continente, de acuerdo al culto católico, aunque en esa reunión de lábaros uno está ausente: el de las barras y las estrellas. La bandera de Estados Unidos no se encuentra por alguna razón.
En el altar, frente a la guadalupana, una bandera mexicana de grandes dimensiones remata la decoración para la ocasión, los 485 años de la aparición de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego, en el cerro del Tepeyac, en las inmediaciones, en aquel entonces, de la Ciudad de México.
Se dispone un espacio para un coro, que cantará las Mañanitas a la virgen la noche del 11 de diciembre, para celebrarla como se merece.
Los fieles dan vuelta a la derecha, al interior del templo, donde hay un relicario nuevo que contiene dos fibras del ayate de Juan Diego, explica fray Juan Manuel, rector del templo de la Congregación.
“Esa reliquia tiene aquí 250 años y se la robaron dos veces. Una en la época de Juárez y la otra en la Revolución, pero se recuperó y se le hizo una caja fuerte, para que no se la vuelvan a robar”, agrega.
Explica que no hay un número exacto de fieles que visiten el templo guadalupano de Querétaro, que tendrá este 12 de diciembre misas desde las 5:00 hasta las 21:00 horas.
Al interior del recinto religioso hay una kermés, que se organiza para restaurar un cuadro de la Virgen de Guadalupe, para el cual también se venden postales de 10 y 20 pesos.
La kermés, con sus puestos de comida, servirá también, se explica a través de un sonido local para diferentes propósitos al interior del templo.
En el mismo atrio del templo, a un costado, se pide a la feligresía llevar a cabo una adopción espiritual. El proceso consiste, de acuerdo a una joven de no más de 24 años de edad, de tez blanca y ojos claros, en rezar por un bebé nonato y que pudiera “estar en riesgo” de ser abortado.
También se pide a los files hacer una oración diaria por ese feto durante nueve meses, para que se le permita nacer y vivir.
Cuando alguien le pregunta a la joven si forman parte de alguna organización, señala que son de la misma iglesia católica, mientras sonríe, para rematar con un: “Bueno, eso dicen”.
Frente al templo, un escenario da cabida a un grupo musical, cuyo vocalista dice provienen de San José el Alto. Rodean el escenario unas 200 personas. Algunas bailan con sus pequeños hijos o se mueven solos al ritmo de la música tropical del conjunto.
De vez en cuando se escucha el tañer de las campanas del Templo de la Congregación, para invitar a los guadalupanos a la celebración.
Las explosiones de los cohetones también anuncian la fiesta de la virgen morena, cuya fe y tradición incluso ha cobrado gran influencia en la vida política del país y servido como estandarte para las luchas.
Una procesión llega al inmueble. Algunos de sus integrantes cargan sendos arreglos florales que engalanarán el templo durante la noche previa y el día 12 de diciembre.
No será el único lugar en Querétaro en el que se celebre a la Guadalupana. En todos los rincones del estado habrá una celebración, una misa, una festividad, pues la fe en la aparición mariana del Tepeyac es la más arraigada en la comunidad católica al rededor de la República mexicana.
Poco a poco las calles del centro queretano comienzan a vaciarse. Las familias ya buscan el camino a casa o el lugar en donde dejaron sus automóviles, luego de cenar algo y pasar a ver a la Virgen de Guadalupe. Los puestos siguen abiertos, así permanecerán algunas horas más. Unos, los más, hasta la madrugada de este lunes, cuando miles de personas acudan a rendir honores a la virgen morena.
