Con las ventanas selladas con cemento, con pintura en mal estado y en abandono, luce el módulo de Protección Civil que se ubica frente al mercado de la colonia Casa Blanca y que originalmente era de la Guardia Municipal.

Los vecinos del lugar señalan que el módulo está en abandono al menos desde hace cuatro años y que se requiere la presencia policial, pues en la zona hay asaltos a comercios y robo de autopartes, por lo que muchos dueños de negocios optaron por instalar cámaras de video.

Ni la actividad del mercado que se encuentra enfrente hace que se reabra el módulo ubicado a un lado de una cancha deportiva. Ni siquiera las afirmaciones de los vecinos de que a veces hacen justicia por propia mano para poner a los ladrones en su lugar.

El módulo luce logos de Protección Civil, pero tampoco se utiliza para esa actividad. Si acaso sólo sirve para bodega. Algunos estiman que tiene menos de tres años en el abandono, pero hay quienes aseguran tiene muchos más años en ese estado.

Uno de los vecinos, Mauricio Padrón, recuerda que el módulo tiene inservible más tiempo, “desde 1997, en la administración de Garrido. Se habilita y le cambian, primero fue de Guardia Municipal, hace poquito le pusieron los logos de Protección Civil, pero es un bonito deseo, no’más no funcionó”.

Los habitantes del lugar cuentan que en la zona hay robos, porque hay muchos “mariguanillos, alcohólicos, son robos chiquitos, pero sí hay porque hay bodegas”.

A Mauricio lo robaron en al menos tres ocasiones y los rondines en el sitio son insuficientes, porque cuando llaman al 066 tardan mucho en responderles.

Muchas veces se necesita que la misma llamada la hagan varios vecinos para que les crean se corroboren los datos exactos “y tal vez acudan 30 o 40 minutos después, cuando ya se repartieron el botín”.

Los vecinos optan por comunicarse entre ellos para protegerse de cualquier situación delincuencial que se presente en la zona, pero hay casos que se salen de control.

“Algunos vecinos han hecho justicia por su propia mano y ha funcionado mejor, se agarran al mañoso, sus buenos cates y no lo vuelve a hacer, es la mejor manera, porque los demás lo llevan y como nadie va a levantar la denuncia, porque el sistema de justicia es bastante oscuro, ya saben que los agarran y los sueltan a la media hora”, insistió Mauricio.

El mercado de enfrente del módulo “también es cliente” de los ladrones. Muchos negocios lucen con mallas de púas y algunos optaron por cámaras de seguridad, pero con todo les pegan a los locatarios.

“Se van como la fresca mañana… todo el mercado sufrió robos, ya cerraron muchos, hay cámaras por dentro, por fuera según hay cámara en este poste que todo el día dura prendido, no sé si es porque es cámara”, cuenta Miguel Breñas.

Lo más rápido que llegó la policía cuando la necesitó tardó casi 25 minutos, “en ese momento ya me dieron callo dos o tres veces, es una zona insegura, porque estamos a la pasada de Lomas de Casa Blanca, bajan por acá y se necesita el módulo, pero ni siquiera aquí en medio sino en la orilla, para que el módulo aquí si te van a asaltar donde empieza la zona centro”.

Miguel tiene 50 años de vivir en ese lugar. Alguna vez una pipa se estrelló a media noche en la autopista y sacaron a todos de las viviendas. En ese momento, recuerda, el módulo dejó de ser de la policía y se convirtió en un espacio para Protección Civil, pero tampoco sirvió para eso.

“Está abandonado. Los vidrios están rotos porque los chavos vuelan los balones y se rompen las ventanas, por eso sellaron todo”, agrega.

Los vecinos coinciden en que ellos son quienes deben cuidar su colonia. Dicen que se necesitan grupos por calle para que la gente se pueda organizar y defenderse ante cualquier delito.

El dueño de un taller cercano, Juan Gabriel Gudiño, también sufrió robos de baterías de carros en varias ocasiones, igual que muchos otros autos en la calle, pero tampoco ve actividad en el módulo de seguridad sin que alguien conozca las causas.

“Ya tiene tres años abandonado, ya como módulo de Protección Civil, pero de que fue módulo de policía ya tiene ocho o 10 años. Sí han venido personas, pero lo utilizan como bodeguita, lo vuelven a cerrar y se vuelve a quedar cerrado un buen rato otra vez”, dice Juan Gabriel.

A veces, muy de vez en cuando, llegan algunas personas al módulo solo para guardar y sacar documentos, pero fuera de eso, el espacio no sirve para algo útil entre los vecinos, a pesar de que tienen problemas de seguridad.

Por ahora, los negocios pequeños le apuestan a organizarse entre ellos y a colocar cámaras, lo que hizo que se calmara un poco la actividad en estos días, pero temen que los ladrones regresen.

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