QUERÉTARO.— El espectáculo comienza a las 20:15 horas, 45 minutos después del silbatazo inicial del compromiso de la octava fecha entre Querétaro y Puebla. El show se lo lleva la presentación de Ronaldinho Gaúcho y el tache, la falta de organización, al aparecer una nube de fotógrafos y camarógrafos que rodea al astro, cuando el nuevo refuerzo de los Gallos daba la vuelta olímpica.
Primero, personal del club aparece con globos azules y negros, hasta rodear el círculo central de la cancha del estadio La Corregidora. Enseguida, el presidente operativo del club, Arturo Villanueva, anuncia: “Estamos orgullosos de presentar a Ronaldinho, como un nuevo Gallo. Esto es para la afición...”, dice y el coro es impactante, cuando a las 20:20 salta Dinho a la cancha, con la prenda con el número 49, pantalón y tenis blancos.
Lentamente se dirige al centro del escenario. Música brasileira y lamparitas surgen en toda la tribuna. Además de formarse una manta con la leyenda: “Bienvenido”.
Conmovido, el jugador expresa: “Espero darle muchas alegrías a la afición. Muchas gracias, de verdad...”, indica.
El esfuerzo es inútil de parte de los organizadores. No logran abrirle espacio. Los fotógrafos no hacen caso, aprietan, empujan.
Hasta antes del evento en cuestión, el primer lapso del partido entre Gallos y Camoteros adormila a una multitud que copa todas los espacios del escenario.
Ronaldinho, ubicado en la zona de palcos, observa el encuentro con atención. De vez en vez se lleva las manos al rostro. Más allá del compromiso, que no da para el espectáculo, los fanáticos cercanos al palco de Dinho o los fotógrafos, con sus lentes, se entretienen en captar al ídolo, observado en todo momento, desde su arribo a México hasta el traslado a esta ciudad.
Tras la presentación, al medio tiempo, los ánimos se encienden en la cancha y en la tribuna. Al minuto 50, El Negro Miguel Martínez comete una dura falta sobre Cuauhtémoc Blanco, que amerita la expulsión del zaguero queretano. Después, se producen varios brotes de violencia en la tribuna.
En un contragolpe, por fin cae la portería poblana. Camilo Da Silva Sanvezzo mete el gol, que parecía darle el éxito al Querétaro, mas un penalti ejecutado por Cuauhtémoc termina por darle el 1-1.
Cero a los organizadores y a algunos medios que entorpecieron la celebración de Dinho, en una fiesta que pretendía ser completa y que al final no pudo terminar con un final feliz para los locales ni en la cancha ni fuera de ésta.