París.— Con la herida aún fresca por los atentados yihadistas de enero pasado, la peor pesadilla francesa se hizo realidad anoche: una oleada de ataques terroristas con saldo de al menos 120 muertos, 200 heridos, ocho terroristas muertos, un país en estado de emergencia, con las fronteras cerradas y el ejército movilizado.
Las cifras, proporcionadas hoy por la procuraduría general, podrían aumentar. De los ocho terroristas, siete se suicidaron y uno fue abatido. Podría haber más terroristas prófugos, se alertó.
Varios atacantes con fusiles de asalto protagonizaron al menos tres tiroteos en los distritos 10 y 11 de la capital. Además se registraron al menos tres explosiones en los alrededores del Stade de France, donde se disputaba un partido amistoso de futbol entre las selecciones de Francia y Alemania, al que asistió el presidente francés François Hollande, quien fue desalojado. En la calle Charonne hubo 18 muertos, 14 en dos restaurantes atacados de la calle Alibert, 5 en un bar de Fontaine-au-Roi y uno en el bulevar Voltaire, mientras que el número de fallecidos por las explosiones cerca del estadio no fue facilitado.
Sin embargo, fue en la sala de conciertos Bataclan donde se registró el peor de los ataques. Allí, los agresores se atrincheraron y tomaron como rehenes a más de 100 asistentes a un concierto. Un periodista que logró huir relató que adentro ocurría una masacre. Al parecer, los atacantes, armados, dispararon en ráfaga contra la gente.
Un testigo contó que, mientras disparaban, los sujetos gritaban “Allahu Akbar” (Alá es el más grande). Finalmente, la fuerzas especiales francesas ingresaron para poner fin a la toma de rehenes. Pero los atacantes activaron los cinturones con explosivos que llevaban. Se habla de por lo menos tres agresores y alrededor de 80 rehenes muertos, aunque un policía que prefirió no dar su nombre señaló que habría más de 100 víctimas mortales.
Los ataques sin precedentes se produjeron, en su mayoría, cerca de la sede del semanario Charlie Hebdo, donde en enero pasado 12 personas perdieron la vida en un atentado terrorista.
Tras señalar que “no habrá piedad” con los terroristas que estén detrás de los ataques de ayer, Hollande decretó el estado de emergencia en todo el país, anunció el cierre de fronteras —aunque los aviones y trenes seguirán operando, bajo vigilancia— para impedir el ingreso o la salida de terroristas. “Es un horror. Hemos movilizado a todas las fuerzas. Sabemos de dónde vienen y quiénes son”, aseveró, aunque hasta el cierre de esta edición ningún grupo se había atribuido la autoría. Francia permanece en alerta debido al temor a represalias por su participación en las operaciones militares contra el Estado Islámico (EI) en Siria e Irak.
Asimismo, el mandatario, quien suspendió su participación, este fin de semana, en la cumbre del G20 en Turquía, anunció la movilización de unos mil 500 soldados adicionales para buscar posibles terroristas y reforzar la seguridad en el país, cuya capital será la sede de la cumbre climática que se desarrollará entre el 30 de noviembre y el 11 de diciembre. Horas antes de los ataques, el gobierno galo había restablecido sus controles fronterizos y desplegado 30 mil agentes de policía suplementarios en las fronteras para reforzar la seguridad de cara a ese evento.
La comunidad internacional condenó los ataques, que el presidente estadounidense Barack Obama llamó un “intento atroz de aterrorizar a civiles inocentes” y un ataque “contra toda la humanidad”. Nueva York, Boston y otras ciudades estadounidenses reforzaron sus medidas de seguridad por precaución. En Europa, Bélgica decidió establecer controles fronterizos con Francia en carreteras, aeropuertos y estaciones de tren. España, que sufrió un atentado en 2004 con saldo de 191 muertos, evalúa aumentar el nivel de alerta terrorista al 5 que es el máximo.
Apenas en octubre, fue detenido un joven de Toulon de 25 años que preparaba un atentado terrorista. Según cifras policiales, hay 5 mil personas fichadas por presunto radicalismo y, de acuerdo con medios como el periódico español El País, casi 2 mil franceses han viajado a Siria o Irak para unirse a unirse a los yihadistas del EI. Agencias