El ambiente fue inmejorable, los aficionados de Gallos Blancos impulsaban a su equipo para que saliera airoso del partido de ida de la semifinal de la ‘Concachampions’ ante Tigres, pero ni albos ni felinos se hicieron daño y empataron a cero en el estadio Corregidora, quedando todo para la vuelta en El Volcán.
En las gradas, los aficionados que asistieron se divertían con los banderas que la directiva queretana puso en cada uno de los lugares del Corregidora, blancas en la parte baja de la gradería y azules en la parte alta, mientras que la porra local cantaba y arengaba a su equipo a ganar su pase a la final del torneo regional, cuando parece que el torneo local está perdido para el cuadro albo.
Muy pronto, al 11’,Ricardo Ferretti tuvo que hacer un cambio, cuando Jürgen Damm se lastimó y tuvo que ser reemplazado por Lucas Zelarayán. Con la salida de Damm, Tigres perdió velocidad, aunque se hizo de las acciones del encuentro, arrinconando al cuadro albo en su terreno, mientras esperaban una oportunidad para salir al contragolpe.
El ataque de Gallos fue por momento tibio, aunque después del 30’ sus llegadas fueron más peligrosas, a través de Ángel Sepúlveda, Yerson Candelo y Édgar Benítez.
El primer tiempo estuvo marcado por las constantes faltas deambos equipos, tras las cuales los jugadores se quedaban tendidos en el césped. Pese a ello, cuando el árbitro César Ramos silbó la culminación de los primeros 45 minutos, el respetable que hizo una buena entrada, aplaudió la entrega de su equipo.
El Querétaro salió para la parte complementaria con más determinación al frente, cerrando los espacios a las salidas de Tigres, obligando a que pasearan el balón o lo dividieran en pases largos. Sin embargo, los norteños poco a poco se quitaron la presión queretana.
Un solitario ‘Pájaro’ Benítez trataba de marcar en la meta rival, pero atrás estuvo atento Guzmán para evitar la caída de su portería. Por otro lado, la dupla de André-Pierre Gignac y Zelarayán trataban de hacer daño en la meta de Volpi, pero la precisión no estuvo de su lado.
El duelo entró en una dinámica más rápida, con un Gallos desbordado al frente y un Tigres que salía con dominio de balón y llegadas de Javier Aquino, quien generaba peligro sobre el marco emplumado.
En las postrimerías del partido Tigres se fue al frente a través de Gignac y Aquino, mientras que del otro lado Escalante probaba suerte, pero el balón se negaba a entrar en las redes.
Hasta el final la afición arengó a su equipo, pero el marcador no se abrió, marcando el empate al final y la retirada de la hinchada con una sensación agridulce.