Tengo miedo”, es una de las frases que repetidamente menciona Vanesa Ortiz (nombre ficticio) al hablar sobre una de las estafas de la “flor de la abundancia” en las que participó contactando gente. Desde hace seis meses ha tenido amenazas de muerte y agresiones verbales por parte de sujetos que prometen secuestrar a sus hijos, o matarla, si no regresa el dinero que su sobrina robó a cerca de 500 personas.

De manera involuntaria, esta mujer originaria de Huimilpan, Querétaro, participó en una de las estafas más recurrentes de 2016. Todo debido a la confianza que depositó en la hija de su prima, quien a su vez utilizó el renombre de una familia humilde, pero respetada en aquella ciudad, para robarle a la gente entre 2 mil y 5 mil pesos.

Fue en junio cuando la joven se acercó a Vanesa Ortiz para invitarla a un “negocio sencillo”, en donde podría ganar hasta 40 mil pesos en dos semanas con sólo invertir 5 mil, siempre y cuando le ayudará a juntar a más personas que ingresaran ese mismo monto. Ingenuamente y con anhelo de construir su casa, aceptó.

Tras invertir poco más de un mes en invitar a la gente, la estafadora hizo dos grupos, uno de 120 personas que invirtieron 5 mil pesos; y otro con alrededor de 350 personas, a quienes solamente les pidió 2 mil. Con lo cual logró juntar un millón 300 mil pesos, para irse de la ciudad y afirmar que su tía se quedaba al frente del negocio.

“Vino conmigo directamente y me dijo que como yo vivo aquí y conozco gente podía entrar a la ‘flor de la abundancia’, pero que tenía que meter dos personas y ayudar a que esas dos personas metieran a más gente. Los convencía diciéndoles que era para que hicieran sus casas, para vender, para salir adelante, hasta nos decía que el gobierno estaba en contra de la ‘flor de la abundancia’ porque eso iba a provocar que nos independizáramos del banco”, comenta.

Las amenazas y agresiones contra Vanesa no se hicieron esperar, pues ella era el único enlace entre los defraudados y su sobrina. Con voz entrecortada relata cómo es que llegaba gente en diversas horas del día a gritar hasta su casa consignas en contra de toda su familia, por lo cual solamente le restó acudir ante las autoridades.

Sin embargo, debido a que se trataba de un monto pequeño, por cada persona, las autoridades le aseguraron que el litigio no era procedente, además que cada persona había hecho una aportación voluntariamente. Mientras que el abogado, de diversos afectados, aseguraba que podía resolver todo el problema, siempre y cuando se le asignara 40% de las ganancias totales.

“Me afectó mucho porque yo vivo aquí y es a la única que conocen, ahora me cobran a mí porque ella siempre iba diciendo que era mi sobrina y obviamente hablaba de mi papá a quien la gente quería mucho. Al principio me quisieron golpear muchas personas, recientemente que ella ya no volvió, pero después una amiga mía intercedió por mí y les hizo ver que yo no era quien los estafó, mi único error es que yo soy su pariente”.

Aunque las amenazas ya no son tan constantes, Vanesa ya no se siente tranquila, ha buscado por diferentes medios poder resolver la deuda, inclusive tiene conocimiento de que su sobrina vive en el pueblo de Bernal, municipio de Ezequiel Montes, donde invirtió el dinero para comprar un restaurante “muy bonito”, con todo el dinero robado.

A las personas que le siguen cobrando, Vanesa las envía a que busquen directamente a su sobrina, pero muchas de ellas desisten por la distancia, ya que son personas de escasos recursos que no cuentan con un presupuesto para viajar, lo único que les queda es esperar a que por “buena voluntad” les regrese su inversión.

“Entre más pasa el tiempo más quieren su dinero, porque ahora sus palabras son de que quieren su dinero porque soy la única que se los puede resolver”, afirma con temor en su voz y rastro de resignación, como quien duda de que la suerte esté a su lado.

Por miedo regresó el dinero. Llamadas constantes, mensajes incesantes, reuniones extensas y el antecedente de conocidos estafados, fueron los motivos por los que Erika —quien pidió cambiar su nombre en esta publicación— decidió abandonar un negocio piramidal en el que llegó a juntar hasta 192 mil pesos. Mismo monto que prefirió regresar “para no tener broncas”.

Invitada por una amiga de la escuela, Erika decidió invertir 24 mil pesos en esta “gran tanda” que hasta el momento le parecía una forma fácil de conseguir dinero, sin embargo, a cambio de ello tenía que juntar a dos personas más, quienes a su vez invitarían a otras dos, siempre mujeres y de círculos muy cercanos.

Este ciclo de la “flor de la abundancia” se repetiría por más de seis meses hasta que ella, quien entró como un pétalo, siguiera avanzando hasta llegar al centro y poder retirarse con la suma total que otras personas le daban su inversión; menos los 96 mil pesos que le cobraría el agiotista que le prestó los 24 mil iniciales.

“Estuve alrededor de cuatro meses, a mí me invitaron pero me comentaron que tenía que juntar a dos personas más y así sucesivamente. No sabría decir cuántas personas estaban exactamente en el proyecto, eran muchísimas, tan solo yo conocí a 150 personas. Al final por persona, en un mes, se recaudaban 192 mil pesos. Eso fue lo máximo que yo alcancé a juntar porque no quise concluir el ciclo (…). Obviamente éramos muchas personas las que pedíamos prestado y esa persona fue quien era el verdaderamente beneficiado”.

Mes tras mes habían varias personas que recibían una cantidad similar, de algunas de ellas tuvo conocimiento que lo gastaban en comprar carros, casas o viajes, pese a que existía la regla de no gastar el dinero hasta que pudieras conseguir a las 14 personas que le correspondían a cada quien. “Afortunadamente” Karla si siguió la regla, pues tras cuatro meses en el “negocio” decidió renunciar.

En su caso, solamente estaba rodeada de personas de confianza, sin embargo, constantemente tenían que hacer reuniones en diversas casas de los involucrados, de tal modo que todos tenían información personal de los “pétalos”. Al ver los casos de estafa que se comenzaron a registraron con otros grupos en donde las personas se iban, prefirió regresarle a todos sus conocidos el dinero que ella tenía.

Debido a la amistad con el mismo agiotista, este le regresó el dinero a Karla, para que ella pudiera devolver la inversión a las demás personas, de tal modo que al final del camino no tuvo ningún ingreso adicional, pues aunque en su momento contó una considerable suma de dinero, jamás fue de ella y prefirió regresarlo a sus legítimos dueños.

“Teníamos la regla de que hasta que no se acabara el ciclo no lo podíamos gastar o invertir, al menos yo si lo guarde. Había personas que se compraban el coche o se iban a equis lugar, hasta casas se llegaron a comprar porque había gente que recibía mucho más dinero. Dependía de cada persona, yo preferí guardarlo y regresar el dinero”.

En esos casos donde las personas fueron defraudadas, según lo que le relataron a Karla, las demandas no procedían ante las instancias penales, toda vez que el monto era muy pequeño para considerarlo estafa, además que existía una carta firmaba por cada integrante, en el que se señalaba que entregaba el dinero de manera voluntaria.

“Aunque era una cantidad fuerte de dinero, no procedía la demanda porque tenía que ser arriba de 500 mil pesos, algo así (…), todas las personas firmábamos una carta en donde explicábamos que era un regalo para ti, ahí te podías amparar, pero yo en buena onda decidí regresar el dinero”.

Implicaciones legales. Entre los años 1980 y 1990 se registraron con frecuencia los delitos relacionados a las estafas de pirámide, “flor de la abundancia”, o el nombre que tuviese en cada región, sin embargo, para este año se volvió a registrar una gran cantidad de eventos, gracias a las redes sociales como WhatsApp, entre otras.

Estas pirámides o macrotandas están catalogadas como estafa, concepto que encaja en el esquema jurídico de “fraude maquinado”, de acuerdo con las declaraciones de Calixto de Santiago Silva, presidente del Colegio de Abogados del Estado de Querétaro.

Este tipo de delitos pueden alcanzar penas que van desde los seis, hasta los 10 años de prisión, para aquellas personas que crean esta red de estafas.

“Estas pirámides están fuera de la ley y no cumplen con las expectativas de un buen negocio ni de inversión. Puede llegar a considerase un fraude maquinado en razón a los artilugios y formas que se dan por la parte fundamentalmente creadora de esta ‘flor de la abundancia’ o pirámide”.

En la gran mayoría de los casos, las personas refieren que se solicita cierta cantidad de dinero sin firmar ningún documento o tener alguna certeza legal, ni por escrito de su capital, dejando todo “en la confianza”, aseguró el líder de los abogados en la entidad.

“Nadie puede hacerse millonario de la noche a la mañana y no hay buenas gentes en este mundo en este sentido de otorgar dinero gratuito, la única forma de tener dinero es el trabajo arduo de las personas y que no hay rapidez para ganar dinero”.

Asimismo, en su momento EL UNIVERSAL Querétaro dio a conocer que la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), emitió una alerta a nivel federal ante la presencia de asociaciones piramidales que ponen en riesgo el capital de los ciudadanos al ingresar y entregar dinero sin ninguna garantía, y que son objetos potenciales de fraudes.

Problema a nivel nacional y mundial. Entre los estados con más denuncias registradas se encuentran los estados de Yucatán, Estado de México y Oaxaca; donde las cifras rondan entre los 3 mil y 25 mil pesos.

Sin embargo, en Querétaro no es la excepción, pues para julio se dio cuenta en diversos medios de comunicación que la Fiscalía General del Estado registró cerca de 10 casos.

Aunque al pedir la información actualizada para diciembre, esta no fue entregada por la dependencia.

Estados Unidos, Ecuador, Chile, Rumania, Albania y España son algunos de los países en donde se han registrado las más grandes estafas de negocios piramidales.

Fue en este último país donde se registró la más grande estafa, según la revista Forbes, cuando en 2006 dos empresas fueron acusadas de usar este esquema de estafa para adquirir hasta 4 mil 666 millones de euros.

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