Para algunas personas tratar con cualquier tema referente a la muerte puede representar cierta dificultad, sin embargo, para Armando Vázquez, enterrador y albañil en el panteón principal de la capital queretana, ubicado en la colonia Cimatario, ésta es parte de su vida cotidiana.
En entrevista para EL UNIVERSAL Querétaro, Armando narró como hace cerca de cinco años se acercó a este panteón con la intención de aprender un oficio, luego de haber radicado 22 años en Estados Unidos y no encontrar otra opción para emplearse.
“Yo llegué a Querétaro hace como cinco años, llegué a pedir trabajo aquí al panteón porque no había nada más. Llegué con la intención de ser albañil para arreglar lápidas y todo eso, pero no había más que de enterrador y jardinero y fue en lo que empecé, luego ya me fui acercando con los que saben de albañilería y me han ido enseñando el negocio”, narró en trabajador.
Al ser cuestionado sobre alguna de las experiencias que más recuerda en el panteón, dijo que los entierros de niños son los que en general preferiría evitar, lo que no les es posible, por tratarse de aspectos propios de su trabajo.
“En los que menos me gusta estar es en los entierros de niños, ahí se llora mucho, me imagino que son las muertes que más se tarda en afrontar porque, pues, uno quiere ver a los niños crecer, jugar, independientemente de que sean hijos, sobrinos, amiguitos, lo que sea; pero pues es mi trabajo y uno trata de cumplir responsablemente”, aceptó.
En tanto, el entrevistado explicó que el próximo sábado 2 de noviembre será uno de los días más “fuertes” en cuanto a ingresos, pues es la fecha que mayor aforo se registra en todos los panteones con motivo del Día de Muertos, aunque también, afirmó, el 10 de mayo o durante diciembre, “es cuando la gente se acuerda mucho de sus muertitos”.
Asimismo, lamentó que incluso este tipo de lugares son escenario de la delincuencia, pues con frecuencia, aseguró, se pierden arreglos florales que son llevados a las tumbas o cualquier otro aditamento como cruces o placas hechas de diferentes materiales, como mármol, granito, entre otros.
Armando Vázquez detalló que de acuerdo con su experiencia, una tumba fechada en 1933, es de las más viejas en el lugar y lamentó que otras, de apenas unos meses de edad, permanecen casi en el olvido.
“Uno no debería olvidarse de sus muertitos nunca, tampoco se trata de venir diario porque todos tenemos cosas qué hacer, pero al menos una vez al mes, pero que no se olviden que quienes están aquí son familiares o amigos. A lo mejor es porque trabajo aquí, pero creo que deberíamos ser más respetuosos y responsables con lo que implica la muerte de una persona”, consideró el enterrador.
Panteones saturados
Mientras tanto, como cada año, la Secretaría de Servicios Públicos Municipales, a cargo de Gustavo Zepeda Ruíz, anunció que, en breve, arrancará la campaña de exhumación de cadáveres, con lo que se espera poder sacar al menos 300 restos de personas y así generar mayor espacio.
De acuerdo con el funcionario, actualmente todos los panteones del municipio de Querétaro, se encuentran alrededor del 80% de su capacidad total, gracias a que cada día incrementa la cultura por la incineración de los restos humanos.