Mientras casi todo el mundo duerme, hay personajes como Kaser que aprovechan las sombras para mostrar noche tras noche su descontento ante la vorágine comercial y contra el sistema a través del arte urbano.
Grafitero desde hace 16 años, considera un acto de rebeldía su actividad. “Trato de disfrazar toda esa mercadotecnia que nos está consumiendo como humanos y la trato de cambiar por arte. Tal vez para muchos son rayones o simples bombas, pero para otros es mi nombre e incluso mi alma que dice: ‘aquí estoy y no me van a hacer parte del sistema’, por eso agregué la ‘r’ al final de mi placa, haciendo alusión a la rebeldía”, afirma.
Kaser —a quien no le gusta presentarse por su nombre real— encontró a los nueve años su mejor forma de expresión en el dibujo. Conoció estilos y formas y los combinó. Observó la evolución de las pintas de su calle hasta que, dos años más tarde, en quinto de primaria, sumó su tag (firma o etiqueta) a los paisajes urbanos, primero de su colonia (El Pueblito) y gradualmente, conforme adquiría experiencia, de toda la ciudad.
Gracias al interés que despertó a tan temprana edad por el grafiti vivió todos los procesos de este movimiento urbano en Querétaro, por lo que Kaser reconoce que pasó por peleas de barrio, “peleas tu placa, te enojas porque te rayan o porque otros ya rayan mejor que tú”, sin embargo, llegó a la conclusión de que no debía enfrentarse con otros, sino consigo mismo, para trascender.
“Aquí el hecho no es la competitividad con otros, sino enfrentarte a ti mismo, decir: ‘a que no te atreves a pintar un espectacular, a que no te atreves a pintar un banco o la ambulancia’, por ejemplo. Ahí es donde encuentro la motivación para hacerlo”, comentó el joven de 25 años, quien también se desenvuelve como DJ, en entrevista con EL UNIVERSAL Querétaro.
Con el paso del tiempo —en la secundaria— ganó respeto entre grafiteros mayores que él y el mundo underground local, al llamar la atención con un estilo propio y original. Sus placas se encontraban por toda la ciudad en avenidas, vagones de tren, bombas de agua, anuncios espectaculares, donde puso su humanidad en riesgo la mayoría de las veces, pero la adrenalina y el peligro se han convertido en sus eternos acompañantes.
Ayuda sicológica. Pero su inquietud de salir y querer expresarse por medio del grafiti hizo también que llegaran las etiquetas sociales, tanto en la escuela como en su propia casa. Incluso cuenta que su propia al principio, “me decía que estaba loco y me mandó al sicólogo”.
No obstante, los encuentros con los especialistas en el pensamiento, las emociones y la conducta sirvieron, al contrario del deseo maternal, para que Kaser no desistiera y se metiera de lleno a la cultura subterránea.
“Los sicólogos me dijeron que no soy raro, soy especial (risas). En realidad me ayudaron a saber que lo puedo hacer, pero que encontrara un objetivo y que no olvidara mis ideales, que no me rifara nada más a lo tonto. Creo que eso fue lo que me hizo sentir más confianza en mí para empezar a hacerlo más en serio”, recordó.
Por ello, poco a poco cambió la perspectiva de su mamá. Negoció con Kaser sus salidas a pintar a cambio de buenas calificaciones y entendió su forma de ser. “Una vez pinté en un espectacular por los dos lados cerca de Constituyentes; casi me caigo, pero valió la pena porque al final se lo dediqué a mi mamá, era un 10 de mayo”, rememoró sonriente, pero su madre lo regañó por “andarme subiendo a donde no debía”.
Tácticas. Los encuentros con la policía son recurrentes. “He pasado buenas y malas con ellos. Hay veces que el tiempo me pone en los lugares donde puedo pintar sin ningún problema, donde tengo amigos policías, que me ayudan o me pasan una clave para que otros no me lleven”, afirma el artista urbano.
Como cualquier otra actividad y con la experiencia acumulada en 16 años, Kaser usa sus tácticas. “Cuando encuentro un lugar donde quiero pintar voy varias veces antes, le voy calculando la mejor hora, paso diario por ahí, uno va encontrando sus tácticas”.
Esencia propia. Kaser reveló que el periodista Ricardo Flores Magón es uno de sus personajes históricos favoritos por ser “el primer anarquista de México y boicotear directamente al sistema”.
Es por eso que sabe que hay que ser directos en el grafiti, actuar rápido siempre es importante, mayormente cuando alguna situación social causa escozor. “Es el estar siempre en una realidad en la que estás en contra al no ser lo mismo que son todos”.