Distintas épocas y estilos musicales conviven en Burnout Records, un espacio para melómanos que inició como una modesta tienda de vinilos a finales del año pasado y en la actualidad es una plataforma que promueve la cultura; todo en compañía de un buen trago.
El proyecto fue impulsado por Omar Llamas, un ingeniero en audio y armonía de 32 años, quien en 2002 formó parte de un movimiento de rock en la ciudad al lado de bandas como Nació autista, Monoaural, Corcholata y Le petit machine.
Al disolverse las agrupaciones, Llamas decidió dedicarse a la difusión musical a través de la compra y venta de acetatos, buscando así descentralizar su distribución en el país.
“Todo ese gremio se dispersó hace poco más de 10 años, ocurriendo a la par un boom importante del vinil en Europa y Estados Unidos, que es como resurgieron las plantas industriales dedicadas a su fabricación, y todas las nuevas bandas empezaron a reimprimir su música en este formato. Así mismo se gestó una competencia histórica para conseguir más adeptos entre lo que es el livestream; Spotify, Apple music y Tidal”, señaló Llamas.
Enmarcados con una decoración vintage, saltan a la vista 900 acetatos pertenecientes a un catálogo con cerca de 50 mil títulos que representan géneros como indie, rock alternativo, hip hop, blues, jazz, funk y música clásica.
A través de sus proveedores —principalmente de Estados Unidos e Inglaterra— la tienda adquiere primeras ediciones, algunas especiales y discos dobles para los coleccionistas, quienes acuden periódicamente con gran expectativa para conocer los títulos más recientes.
Dentro de lo local promueven la música regional, norteña, los corridos y hasta álbumes de cantautores como José Alfredo Jiménez. Además, pronto producirán una serie de discos de larga duración con las creaciones de nuevos exponentes del rock en Querétaro, como Filulas Juz, Solovino, Begoña Cors, además de Canvas.
“En dos meses vamos a tener un repertorio de estos artistas locales en vinil; es un hecho importante porque no hay una banda o artista contemporáneo queretano que tenga su música en este formato, somos los iniciadores”, celebró.
Con el objetivo de incentivar el consumo del acetato y de hacer visibles a las nuevas bandas, cada 15 días el recinto organiza el “Vinyl Session”, donde músicos de diferentes géneros encabezan una noche de mezcla con vinilos.
“No se trata del típico DJ del antro que viene con su setlist, sino que traen sus discos de acetato en físico y sobre eso van haciendo una lista para poder entretener al público”, describió Omar.
Así mismo, una vez al mes, artistas nacionales y de otros países presentan en vivo una versión acústica o unplugged de sus proyectos.
“Más allá de ser una tienda que vende música en vinil, es una plataforma para enseñarle a Querétaro los nuevos talentos; todo eso se documenta en audio y video, y lo subimos a las redes sociales”, aseguró el impulsor de este espacio.
Para completar la experiencia, Burnout acondicionó un bar cafetería para sus visitantes, quienes en los eventos o durante sus visitas habituales, pueden deleitarse con bebidas locales y nacionales.
Se trata de una barra fría y caliente conformada por una selección especial de café mexicano y colombiano en sus diferentes modalidades: expresso, americano y capuccino, además de una opción de cervezas artesanales como la Qretina, creación del artista Rafael Ontiveros, y Allende, un fermentado guanajuatense que es servido en sus distintas variedades: Brown, Golden, Agave y Trigo.