Hace seis años el PRI gobernaba a 79% de los queretanos, y ahora, con el resultado de las elecciones del pasado 1 de julio, sólo gobernará a 3.2% de la población.
El Partido Revolucionario Institucional quedó como tercera fuerza política en los pasados comicios, tanto en el Congreso local como en los ayuntamientos.
Desde 2006, el PRI ha vivido elecciones de altibajos, aunque en 2018 obtuvo el peor resultado de su historia, y lo convierte en un partido de la “chiquillada”.
Un repunte en 2009 y otro en 2012, cuando regresó a gobernar al ayuntamiento capitalino con Roberto Loyola Vera; en ese año estaba a mitad de su sexenio el gobernador priísta, José Calzada Rovirosa.
En 2006, el PRI ganó seis ayuntamientos, cuya población (según el censo 2005) ascendía a 227 mil 363 personas, 12.4% de los 1.8 millones de habitantes del estado.
En 2009, logró siete alcaldías, entre ellas, Corregidora y El Marqués —que forman parte de la zona metropolitana—, y pudo representar a 34.8% de habitantes de todo el estado, equivalente a 635 mil 987 personas en total.
En 2012 el PRI triunfó en 13 de los 18 ayuntamientos, aunque perdió las presidencias de Corregidora, El Marqués, Huimilpan, Tolimán, y Amealco, alcanzó la máxima representatividad de los últimos 12 años, con 79% de la población, equivalente a un millón 444 mil 283 personas en total.
Para 2015, la caída electoral vino con el triunfo en la gubernatura del panista Francisco Domínguez Servién; además en el Poder Ejecutivo, el PRI alcanzó ocho espacios de 25 en la Legislatura del estado, y 5 ayuntamientos: El Marqués, Huimilpan, San Joaquín, Ezequiel Montes y Pedro Escobedo, que en total tienen una población de 312 mil 935 personas, que equivale a 15.4% de los habitantes que tiene la entidad.
Además de perder la mayoría de los ayuntamientos, el PRI en Querétaro no ganó ninguno de los tres escaños para el Senado, y también obtuvo derrotas en los cinco distritos federales que se disputaron, mientras que en la elección presidencial quedó en tercer lugar.