Artesanas indígenas de diversas comunidades del estado que se instalan en el municipio de Querétaro califican como inestable su economía, pues la venta de sus productos es reducida en 70% por el “regateo” que hacen los compradores queretanos y turistas. Ante ello, solicitan apoyo para que se establezcan tarifas fijas para sus productos.
Las indígenas otomíes insisten en que el costo del producto se impone porque es un trabajo a mano que lleva días hacerlo por el detalle que implica. Lamentaron que no sea valorado y sin considerar la calidad del producto, su originalidad, pues cada pieza es única.
Hay productos 100% queretanos que buscan vender en 100 pesos y les compran en 30 pesos. Hacer dos muñecas de rasgos indígenas tarda alrededor de un día, y cada servilleta bordada lleva dos días invertidos.
“Nos regatea mucho la gente, queremos vender a un precio fijo por lo menos 100 pesos o lo más barato 80 pesos, es dejar un precio normal. Queremos que reconozcan nuestro producto que hacemos; muchos turista piensan que somos de Oaxaca o de Puebla y les decimos que es de aquí de Amealco, otomí. Muchos dicen ¿Cuánto es lo menos?, y ellos ponen el precio”, compartió con EL UNIVERSAL, María Cecilia Francisco, ñañu de 23 años de San Idelfonso.
Marisela García, otra indígena de Amealco, pidió apoyo a las autoridades para que sus productos puedan ser vendidos en hoteles. Los trabajos que venden son servilletas, bolsas, blusas y muñecas indígenas.
Las comerciantes dicen que en diciembre se complica la venta por el incremento de los operativos de la Dirección de Inspección, quienes las retiran a zonas alejadas en donde no hay clientes, además que el sol que pega a sus productos, los daña.
Dijeron que en días buenos la ganancia son de 50%, por los gastos del material y transporte desde su comunidad. Cada viaje les cuesta 45 pesos, más los gastos de alimentos y renta.
Otra de las solicitudes que realizaron a municipio de Querétaro es la creación de albergues para así reducir sus gastos, además que puedan contar con un espacio en donde dejen a sus hijos mientras ellas salen a trabajar.
Piden que otorguen los carritos de los andadores a las queretanas y no a comerciantes de otros estados que les dan hasta tres carritos, como dicen ellas que sucede. “Cuando estuve en Morelia no nos dejaron estar por que no éramos de allá por eso nos mandaron acá, pero aquí tampoco nos dejan trabajar”, lamentó Aurora Martínez Francisca, artesana .
Acusaron que algunos elementos de la Dirección de Inspección tiene un mal trato con ellas, incluso llegan a insultos. “Hay personas que llegan y nos dicen que ya no nos quieren ver porque somos indias o nos insultan”, dijo Francisca.