Quisiera afirmar que si hay condiciones necesarias para atender esta pirámide de movilidad, pero aquí la diferencia está en lo que conocemos como la teoría y la práctica. Desde la administración gubernamental suena muy bonito, suena perfecto, es un ideal; pero estas condiciones de las que ellos hablan son meramente teóricas.
En la práctica, la administración debiera poner el ejemplo, porque por más infraestructura que construyan o por más que amplíen la red de ciclo vías a kilómetros, eso no será suficiente si al interior no ponen el ejemplo en lo que corresponde al cuerpo administrativo.
El municipio de Querétaro cuenta con una urbanización ya de años, quizá, si me lo permiten, de un poco más de un siglo. Toda esta estructura y reestructura vial, de comunicaciones, de vías de comunicación, de transporte, que deberían permitir que cualquier sistema de movilidad funcione y opere ya se encuentran rebasadas. Es infraestructura que ya no funciona correctamente, en un principio por el acelerado crecimiento demográfico y poblacional de la zona metropolitana principalmente.
La zona conurbada ha quedado rebasada por la gran cantidad de servicios y de estructura comercial y habitacional que se requiere de ella, de tal suerte que no todos podemos congeniar o convivir armónicamente; ni los autos, ni el transporte, público, ni las motocicletas, ni las bicicletas, ni los peatones.
Formo parte de un movimiento social impulsado por asociaciones ciudadanas que nos hemos dado a la tarea de promover el uso de la bicicleta y claro que exigimos infraestructura, pero no se trata de incrementar por incrementar.
Como ciclista asiduo puedo decir que no tenemos condiciones propicias para circular con tranquilidad, seguridad ni armonía cotidianamente. Existe un parque vehicular excesivo que genera caos, congestionamiento y colapsos viales ya en distintas horas del día y cualquier día de la semana, lo que vulnera cualquier otro tipo de transporte. No hay garantías para los ciclistas porque no hay respeto por parte de los conductores y los automovilistas.
Si a eso le sumamos la falta de cultura cívica, la ausencia de una cultura vial, el crecimiento poblacional y vehicular se nos vuelve todo un problema. El crecimiento urbano se ha venido dando de una manera paulatina y natural, pero también me atrevería a decir yo que se realiza improvisando cada tres años, cada seis años, según el tipo de administración.
Es urgente una planeación a mediano y largo plazo y no sólo sujetarnos a una inmediatez que dé resultados de momento.
Además de la inmediatez, que de por si es grave, la administración sigue haciendo planes que favorecen al automóvil. Sólo hay que notar que incluso los funcionarios se desplazan de su casa al trabajo en auto. El gobierno afirma que promueve y fomenta el uso de la bicicleta; informa que crea infraestructura pero vamos a oficinas públicas y no hay un sólo lugar donde guardar la bicicleta. Como autoridad crea un estacionamiento para automóviles en sus edificios públicos, pero no uno para bicicletas. Si deja cajones en las calles, pero no espacios para bicicletas. Hacer una calle completa implica que entren los cinco tipos de transporte.
Lo de las ciclovias es relativo, yo diría que hay que tener mucho cuidado hasta con su definición. A nivel internacional hay hasta manuales que efectúan una clasificación de estas vías de comunicación: hay un tipo que se denominan ciclovias y otras que son ciclopistas. Entre unas y otras, existen las recreativas y las que se utilizan para el traslado cotidiano.
La creación de infraestructura sí es un aliciente pero no lo es todo. La autoridad tiene que saber qué está creando esas ciclovías ¿son recreativas? ¿son para el transporte de los ciudadanos?
Cuando las autoridades nos dicen en el discurso que hay que cambiar el auto por la bicicleta, incluso suena a demagogia, porque ellos mismos no lo practican, solamente se quedan en el discurso. Y me refiero de todo el sector público, es necesario que escuelas, universidades, oficinas se comience a implementar este sistema, dependencias públicas, ahí es donde valdría mucho que se reduzca el uso del auto.