Los comercios ubicados en las inmediaciones del primer cuadro de la capital de Querétaro temen un incremento de hasta 50% en los robos a locales, indicó Alfonso González Hurtado, presidente de la Asociación de Comerciantes Establecidos del Centro Histórico, al señalar que la reducción en la vigilancia durante esta época propicia un aumento en la incidencia delictiva.
Después de que informara que en el último año se habían suscitado entre 10 y 15 robos semanales en promedio, en las calles aledañas al mercado Escobedo, como Juárez, Ezequiel Montes, Zaragoza y Universidad, detalló que el número de hechos delictivos identificados por la asociación representan un aumento de 20% y 30% respecto del año pasado.
En entrevista para EL UNIVERSAL Querétaro, Alfonso González precisó que estos actos delictivos van desde asaltos a mano armada hasta el robo hormiga, que acontece diario y consiste en la sustracción de artículos de menor tamaño por parte de los presuntos clientes.
“Realmente es alarmante la cantidad de robos al Centro. Lo que platico es de lo que nos enteramos, pero hay muchos robos que no se denuncian y no los identificamos. Si somos más realistas, te puedo asegurar que se incrementa hasta un 50% el robo […] estamos muy preocupados en esta época”, dijo González Hurtado.
En vista de la incidencia delictiva que se registra en los comercios de la capital de Querétaro, comentó que los locatarios han optado por aumentar las inversiones en sistemas de seguridad, por ejemplo, la instalación de cámaras de vigilancia, la activación de alarmas y la contratación de guardias de seguridad.
De acuerdo con Alfonso González, la inversión en sistemas de vigilancia va desde 6 mil pesos por la instalación de cuatro cámaras, hasta 11 mil pesos mensuales para la contratación de un guardia privado.
“Esto es para los que afortunadamente podemos pagar este tipo de seguridad, pero hay gente que, si tiene tres empleados, contrata un cuarto o quinto trabajador para vigilar a sus clientes y que no les roben […] Lo que nos preocupa […] es que no vemos una estrategia contundente para combatir a la delincuencia en Querétaro”.
Afirmó que se ha acercado a las autoridades municipales para solicitar más policías de proximidad y la instalación de estrategias, como el botón de pánico; insistió en que el 066 no es suficiente para atender las denuncias de emergencia.
“Las seguridad está rebasada para la autoridad. Tristemente no sabemos qué van a hacer […] ojalá que el gobernador y el alcalde ya reconozcan que la seguridad nos tiene rebasados para comenzar a hacer otras acciones”, sostuvo.
“Me siento encerrada por los delincuentes”. La jornada comienza a las 6:00 de la mañana para Gloria. La prisa por llegar a tiempo para comenzar sus ventas y recibir a los proveedores, además de llevar a su hijo a la escuela, consumen su tiempo. Pero ahora, el temor y desconfianza la acechan desde que está por llegar al local donde vende pollo y sus derivados, por lo que se cerciora de que no haya gente sospechosa.
Las secuelas del robo que sufrió hace dos meses cambiaron su vida.
“El día que me asaltaron aún era temprano y había poca venta. De repente llegó un hombre que se brincó el mostrador y sacó de inmediato una pistola. No supe ni cómo reaccionar y sólo me gritó que quería el dinero. Yo sólo atiné a decirle que no tenía, pero vio la cajita donde guardaba lo de la venta y se ha de haber llevado unos 300 pesos, por mucho.
“Justo en ese momento pasó una pareja en un coche que, me imagino, vieron que traía el arma, pero se detuvieron más adelante en la esquina de la calle para no arriesgarse. Desde ahí le marcaron a la policía y esperaron. Cuando llegó la policía me levantaron mi denuncia y me dijeron que ya no era necesario ir al Ministerio Público, pero no encontraron al ladrón. Todo pasó en cuestión de minutos y fue muy rápido, pero después uno lo recuerda a detalle”, señaló.
A raíz de asalto, Gloria implementa acciones para proteger su integridad y su patrimonio a fin de no ser objeto nuevamente de la delincuencia.
“Ahora me siento encerrada por los delincuentes, cuando son ellos los que deberían estar tras una reja y no nosotros que sólo trabajamos para llevar el sustento a la casa para poder tener una vida digna y honrada. Siento que ahora la delincuencia me encerró a mí, y no sólo en este local, sino también en el miedo y la desconfianza se ha llevado lo más importante que es mi tranquilidad”, dijo la mujer.