Con su vestimenta típica, o la más comercial, en colores blanco y rojo, Santa Claus o San Nicolás está por llegar a Querétaro… aunque quizá nunca se haya ido del estado. Quizá siempre ha permanecido aquí, con una identidad secreta, oculto, mezclándose con la población, para ver si realmente los niños se portan bien y merecen los juguetes en Nochebuena, aunque no todos piden regalos, algunos piden que sus padres se lleven mejor.
Papá Noel, como también se le llama en algunos lugares del mundo, señala que todo el año está ocupado viendo las buenas acciones y el comportamiento de los niños, para ver que trabajen constantemente, que estudien y hagan todo lo que les dicen sus padres.
Santa piensa su respuesta, duda, se alacia la larga barba blanca. Luego de unos segundos responde que su identidad secreta durante todo el año está entre los superhéroes, pero se niega a revelarla porque entonces los niños lo podrían reconocer.
“La noche del 24 [de diciembre] trabajamos mucho en esto, para que los niños puedan tener todos sus regalos, pero es labor de todo el año conseguir los materiales, ver qué es lo que quieren los niños, pintarlos, decorarlos [los juguetes], pero el 24 es cuando cargamos todo el trineo, metemos todo en el saco y salimos todos juntos”, abunda.
Poco a poco los secretos de Santa Claus se revelan. El hombre de cabellos y barbas canos, de prominente barriga y cerca de un metro 90 centímetros de estatura, comenta que para lograr entregar todos los regalos recurre a la magia. Esa es la forma en la que entrega todos los juguetes, en todo el mundo, en la Nochebuena.
Otro secreto que descubre Santa es el relacionado con la leche y las galletas que colocan algunos niños para él. Asegura que son deliciosas, además de que se sincera: dice que la señora Claus es la encargada de confeccionar su ropa, de tener preparado su traje, así como el orden del trineo.
“Los niños, con sólo poner su carta en el árbol de Navidad, inmediatamente sabré qué necesitan, qué regalos quieren o si quieren un deseo especial y mágico”, asevera.
No todos los niños tienen regalos, dice Santa, pues los menores que se portaron mal o que no cumplieron con sus deberes sólo tendrán como regalo unos carbones, pues la caca de reno es mejor como abono. Los carbones, añade, son para que los peques se den cuenta de que hicieron algo mal en el año y que tienen que obedecer a sus papás.
La revelación aparece de pronto. Santa Claus revela su identidad secreta, con la cual se mezcla todo el año con los queretanos, con quienes se cruza todos los días, pero no lo reconocen, no lo ubican, se convierte en un rostro conocido, “pero no sé de dónde”.
Indica que todo el año se convierte en Ramón Medina, maestro de Mercadotecnia en una universidad privada.
Enfatiza que sus alumnos en la universidad saben que él es Santa Claus y están encantados con la idea y la revelación. “Les parece fantástica esta labor, pues es el mensaje que se les transmite a los niños, un mensaje de bondad”, añade Medina.
Dice que para él Santa Claus es algo muy bello. “Mucha gente pensaría que los niños se acercan simplemente para pedir regalos, y la verdad es que no. Muchos de ellos te piden que sus papás se lleven mejor, cosas en las que están muy involucradas las familia. Y ellos me dicen también que pueden hacer cosas mejores durante el año y que lo van a hacer. El símbolo de Santa Claus engrandece a las personas y eso es lo mágico de Santa”, subraya.
No todos quienes se acercan a Santa son niños. Indica que muchos adultos se acercan con él y le piden cosas, porque nunca se deja de ser niño, y eso, acota, es lindo, porque cuando ven a Santa Claus ven a un símbolo de bondad, de amor, y suelen abrazarlo, “es lo más bonito de todo esto”.
“Siempre debes saber qué contestarle a los niños. Los niños son muy inteligentes y te hacen preguntas muy complicadas. Sin embargo, cuando uno lo expresa desde el corazón, los niños lo entienden muy bien y encuentran la oportunidad de ser más felices”, asevera este hombre regordete.
Fans de todas las edades. Antes de que Santa platique, recibe a media docena de fans, todos arriba de 30 años, quienes no pierden la oportunidad de tomarse una foto con él, de expresarle algo, o quizá pedirle un deseo, pues en esta época de esperanza e ilusión todo puede ser posible.
Dice que para salir y tener contacto con los niños del mundo, debe de tener antes una preparación mental —de unos 20 a 25 minutos— para estar en contacto con los menores, para lo cual necesita un espacio íntimo donde pueda concentrarse “para saber lo que los niños quieren”.
Agrega que Ramón tiene esposa y dos hijos pequeños, que no saben aún que su papá es Santa Claus, pero seguramente se darán cuenta, pero para eso existe la Santa Cláusula, que indica que cualquiera puede ser Santa.
El entorno social que se vive también afecta a los niños, pues exponerlos a noticias o información de violencia los afecta emocionalmente, por lo que Papá Noel considera que “como persona es muy importante que los niños sepan la realidad de las cosas, pero siempre mantener esa magia que deben de tener los niños para mantener las ilusiones y tengan ganas de crecer.
“Tampoco es de plasmarlos [a los niños] en la realidad, sino de llevarlos de la mano, para que conforme vayan creciendo, vayan entendiendo la vida”, sostiene Santa.
Papá Noel considera que si se le habla a los niños de la magia y el amor, van a crecer felices y con mejores objetivos y toda esa violencia que se vive en la sociedad actual va a empezar a acabarse, porque los niños van a hablar desde su corazón.
Santa dice que Ramón es feliz porque tiene todo: familia, amigos, trabajo, entonces si algo le pidiera y que se pudiera cumplir, sería más fraternidad entre los seres humanos.