Jóvenes con conocimientos en ingeniería, como Laidy González Olvera, de 22 años de edad, egresada hace tres meses de la carrera de Ingeniería en Procesos Industriales, o no tan jóvenes, como Miguel García Reséndiz, de 40 años de edad y con discapacidad, desempleado desde hace un año, acudieron ayer a la Feria del Empleo Juventud El Marqués en búsqueda de un trabajo que sea bien remunerado.
Pero no sólo los jóvenes marquesinos y queretanos vinieron. Lidia Berenice Hernández y Laura Leticia Olguín, provenientes del estado de Hidalgo, llegaron atraídas por las oportunidades para los egresados de ingenierías.
Laidy, quien vive en Agua Azul, en El Marqués, estudió Ingeniería en Procesos Industriales en la Universidad Tecnológica de Querétaro, carrera de la que egresó hace tres meses y la falta de experiencia le impide encontrar un trabajo con el sueldo que le permita cubrir sus necesidades.
“El salario que nos están ofreciendo es de 7 mil, 6 mil 500 pesos mensuales, monto que no nos alcanza para cubrir nuestros gastos personales. Somos recién egresados, sí, pero somos profesionistas y estamos buscando un buen trabajo con el salario correspondiente a lo que hemos estudiado”, señala.
Comenta que de las empresas participantes en el Feria del Empleo en El Marqués, la mitad les ofrecen salarios menores a 7 mil pesos mensuales, y como máximo 8 mil pesos.
“Una persona colocada, un ingeniero industrial gana aproximadamente 30 mil, 38 mil pesos mensuales, ya con experiencia”, indica, al tiempo que manifiesta que le urge encontrar un trabajo, pues necesita aportar dinero a su casa, pues “estoy gastando un salario que no tengo”.
Laidy se visualiza en seis meses en un empleo estable, pues no puede estar sin ganar dinero y aportar al hogar familiar, pues los gastos son diarios. Narra que ya fue a los diferentes parques industriales de El Marqués, pero no ha tenido fortuna para colocarse.
“Lo que he pensado seriamente si no encuentro un trabajo en el que gane lo suficiente para solventar mis gastos dentro de mi profesión, es buscar en otra área de trabajo, como asistente administrativo, que es algo que no estudié, pero hay más oportunidades de ingresar en esas que en mi rama, además de que están pagando más que en el área industrial”, concluye.
Un año de búsqueda sin resultados. Miguel García Reséndiz, de 40 años de edad, lleva ya un año en la búsqueda de trabajo. Dice que en varias empresas a las que acudió en el pasado a pedir empleo le han dicho que no cumple con los requisitos necesarios.
Hombre con una discapacidad física y del lenguaje, Miguel apunta que ya son 10 ferias del empleo a las que acude, pero no ha corrido con suerte en todo este tiempo para emplearse en el área de mantenimiento.
Asevera que su aspiración salarial es de 6 mil pesos mensuales, para cubrir sus necesidades económicas y las de su familia, compuesta por sus padres, pues es soltero.
Confía en que en esta nueva feria del empleo pueda colocarse en algún trabajo, pues ya es mucho tiempo el que lleva sin actividad remunerada.
“Tengo esperanza de encontrar trabajo”, asegura Miguel.
En esta feria, de acuerdo con los organizadores, se ofrecieron 50 vacantes para personas con discapacidad.
Atraídas por las oportunidades. Lidia Berenice Hernández y Laura Leticia Olguín Tapia, de 22 y 21 años de edad, respectivamente, estudiaron ingeniería. Lidia está por terminar una carrera de Ingeniería Industrial, en el Instituto Tecnológico Superior de Occidente del estado de Hidalgo. Laura es egresada de la Universidad Tecnológica de Tula-Tepeji, en Hidalgo, donde estudió Ingeniería en Negocios en el área de logística de transporte. Ambas coinciden que Querétaro ofrece oportunidades en el ramo que estudiaron.
“Querétaro tiene muchísimas oportunidades en Ingeniería Industrial. Me llama la atención trabajar y radicar aquí”, dice Lidia. Mientras Laura comenta que la entidad es atractiva para la logística, por el auge de la industria automotriz, “entonces está en crecimiento, hay muchas industrias, muchas empresas que están aquí y ofrecen trabajo”, asevera.
“En Hidalgo hay ofertas de empleo, pues existen parques industriales en distintas zonas, como en Tula, Ciudad Sahagún, pero en Querétaro hay más oportunidades”, precisa Lidia.
Ambas vieron vacantes, pero al igual que a Laidy por no tener experiencia les ofrecen salarios bajos. “Muchas empresas tienen esta visión de apoyar a los jóvenes recién egresados y sí existen posibilidades”, abunda Laura.
Lidia agrega que “como vamos saliendo de la escuela no tenemos la experiencia de saber si el sueldo es alto, o te ofrecen mucho o poco. Pero tenemos la posibilidad de decir que podemos pedir una suma porque terminamos una carrera”. Dicen que un salario “aceptable” es de al menos ocho mil pesos, pues si obtienen trabajo necesitarán pagar renta.
Mientras Lidia comenta que desde hace muchos años tiene el propósito de radicar y trabajar en Querétaro, Laura dice que “no está casada con este estado”, pues ha buscando empleo en otras ciudades, como Toluca, Estado de México y Tijuana, Baja California, así como Manzanillo, Colima.
Tres amigas de Saldarriaga. Sentadas en una de las aceras colindantes en la Plaza San Pedro, en La Cañada, tres mujeres se apuran a llenar sus solicitudes de empleo.
Alma Rosa y María Soledad Bárcenas Díaz, así como Miriam Guadalupe Ibarra Álvarez, acudieron a probar suerte a la feria del empleo.
De las tres sólo Miriam es casada, aunque sin hijos, mientras que las hermanas Bárcenas Díaz son solteras.
Buscan trabajo de ayudantes generales, esperando que los salarios no sean muy bajos.
La misma Miriam explica que en la empresa donde trabajaba salió por recorte de personal cuando bajó la producción. Alma Rosa, en tanto, dice que se ha dedicado al hogar siempre, situación que ha limitado su obtención de empleo, pues piden al menos seis meses de experiencia y como nivel de estudios la secundaria.
De buen humor, las tres mujeres se disponen a ingresar a la feria; se muestran confiadas en que pronto encontrarán un empleo que les permita solventar sus necesidades económicas.