Alrededor de 500 cruces, elaboradas a base de mezquite, son las que fieles católicos cargarán durante la Procesión del Silencio, que se efectuará el Viernes Santo por las calles de Querétaro.

El vicario del Templo y del Convento de la Cruz, fray Hugo Córdoba Padilla, detalló que días antes del magno evento, las cruces son lavadas y remojadas para que lleguen a pesar entre 20 y 80 kilogramos.

Manifestó que elaboran una cruz por día que y son cinco las personas encargadas de su fabricación. Anualmente se renuevan 100 cruces, las cuales tienen un tiempo de conservación de entre cuatro y cinco años.

El proceso inicia cuando la primera semana se dedican a podar los árboles de mezquite, para lo cual se auxilian de las personas que tienen este tipo de floresta.

“Le pedimos a la gente que tiene mezquite en su casa que nos deje ir a podarlo”, explicó el presidente de la Asociación de la Procesión del Silencio, Manuel Manzo Pacheco.

Agregó que esta es una labor de suma importancia para los que participan en la preparación de las cruces. “Esta es una tarea de todo el año, debemos tener preparadas por lo menos 460 cruces; no hacemos 460 al año, pero el ciclo para renovar es anual, cada año sustituimos como 100 cruces”, indicó.

En el proceso de fabricación participan cinco personas, quienes se reúnen los fines de semana para podar mezquite y elaborar cruces. “ Somos un grupo de cinco hermanos que cada fin de semana vamos a podar mezquite para hacerlas”. Quincenalmente crean alrededor de 15.

El presidente de la Asociación de la Procesión del Silencio estimó que si las cruces reciben un mantenimiento adecuado y constante, éstas permanecen hasta por cinco años.

La conservación

El mantenimiento de las cruces consciente en posicionarlas en un sitio donde no estén expuestas a los cambios climáticos o mantenerlas lejos de la tierra. “Hace poco hicimos un piso, pusimos un tejado, pero también deben tener una ventilación adecuada. En el espacio donde están ya pusimos un drenaje para que el agua se estanque cuando llueva”, comentó.

Como parte de las tareas de conservación, las cruces son fumigadas tres veces al año, para evitar que adquieran alguna plaga.

Córdoba Padilla recordó que la procesión del silencio data de 1968: “aquí empezó a realizarse en este templo y convento de La Cruz, con una veintena de personas”.

Para este viernes se espera la participación de más de mil personas, entre niños, niñas, mujeres y hombres de todas las edades.

“El objetivo del recorrido no es el sacrificio, sino darle el testimonio a la comunidad queretana de la pasión, muerte y resurrección de Jesús Cristo”, añadió Manuel Mazo.

Devoción y espiritualidad

Desde hace 14 años, Manuel participa en este evento religioso, el cual ha sido un aspecto relevante en su vida, pues asegura que reflexionar en la pasión, muerte y resurrección de Cristo lo ha motivado para llevar una vida de espiritualidad.

Parte de su participación contempla el encierro espiritual que inicia el miércoles 27 y culmina el sábado 30 de marzo; el retiro también integra a la procesión.

El que la precesión sea una tradición queretana y la curiosidad son las motivaciones que llevaron a

Manuel a participar en la Procesión del Silencio.

“La procesión del silencio ha representado un cambio en mi vida, un cambio muy importante. Me han sucedido muchas cosas, pero Dios nunca me ha dejado solo, siempre me ha acompañado tanto en los momentos más difíciles como en los momentos más alegres”, concluye.

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