El diputado federal Ricardo Anaya Cortés dijo que “Querétaro ha sido una de las entidades más responsables en la contratación de deuda pública”, al asegurar que en los últimos periodos de gobierno se ha cumplido con el pago de las deudas contratadas y reconoció el esfuerzo del gobernador José Calzada Rovirosa, para mantener las finanzas sanas.
Al referirse a la propuesta de reforma para regular la deuda de estados y municipios, Anaya Cortés alertó que en los últimos ocho años la deuda en el país creció 300%, por ello la urgencia de poner límites a los empréstitos, regularlos y someter a licitación cada proceso de contratación de deudas.
“Es un problema muy grave dentro del país porque en el periodo de 2005 a 2013 ha crecido en más de 300% toda la deuda de estados y municipios. En este mismo periodo ha crecido en más de 11 mil por ciento en ocho entidades de la República, como es el caso de Coahuila”, señaló el diputado.
En el caso de Querétaro insistió en que los gobiernos han hecho un esfuerzo para controlar los empréstitos y pagar permanentemente estas deudas: “Querétaro es uno de los estados con finanzas más sanas del país por cuanto ve a la deuda pública, pero lo cierto es que después de 2005 muchos otros estados perdieron su condición de finanzas sanas”, agregó.
Destacó que el grupo del Partido Acción Nacional (PAN) está preocupado por aprobar la reforma constitucional para establecer mayores controles y evitar que la deuda pública siga creciendo a gran velocidad sin que los ciudadanos se enteren en qué rubros se están gastando estos recursos.
Estos nuevos controles deberán ser aprobados con el voto de las dos terceras partes de los diputados locales y de esta manera se podrá estipular una evaluación a las propuestas de endeudamiento de municipios y entidades.
De igual manera se plantea un registro nacional de deudas para que todos los ciudadanos tengan conocimiento sobre los recursos que solicitan sus entidades y municipios.
El diputado federal explicó que anteriormente un estado o municipio podría contratar una deuda en el banco que deseara a la tasa de intereses que acordaran con el mismo, sin que existiera la obligación de someter el empréstito a un proceso de licitación.