Los dueños de una casona ubicada en la zona centro de la ciudad de Querétaro decidieron la demolición de lo que fuera un restaurante- bar llamado “Los Juglares”, ya que su abandono provocó que se convirtiera en refugio para indigentes.

Después de varias quejas interpuestas por habitantes de la zona, intervenciones de la Policía Municipal de Querétaro e incluso cateos realizados por personal del Instituto Nacional de Migración, los propietarios del predio localizado en avenida Colón número 4, determinaron el derrumbe de la construcción.

En el lugar se encuentran varias cuadrillas de trabajadores, quienes remueven las vigas de soporte y tiran las paredes; mismas que recibieron pinturas, rayones y deposiciones físicas de los diferentes delincuentes, adictos e indocumentados que llegaban a refugiarse en esta antigua casona.

Se espera limpiar el terreno y convertirlo en un estacionamiento.

Denuncia

EL UNIVERSAL Querétaro informó el 6 de septiembre de 2012, sobre las quejas de los vecinos. Lo que antes era un restaurante bar, que quedó en desuso, se convirtió en refugio de personas en condición de calle y de adictos a drogas.

Los colonos indicaron que en el número 4 de la calle de Colón, el inmueble que en algún momento se llamará “Los Juglares” fue cerrado hace más de cinco años.

Aseguraban que en las noches se escuchaban ruidos de pleitos, gritos, en algunas ocasiones se veía el entrar y salir de los vagabundos y de algunos migrantes que se escondían de las autoridades. El lugar desprende un fuerte olor a basura.

“A veces se ven muchachos y unos viejos ya bien mugrosos que entran”, explicó Sandra González, una de las trabajadoras de la farmacia localizada enfrente de este sitio, que en otros años tuvo mejores días.

Versiones de los vecinos aseguran que 25 o 30 personas ingresan al inmueble para pasar la noche en esta antigua casona.

Un letrero en la facha indica que es propiedad privada.

Ahora, los trabajadores en el inmueble indican que los contrataron para derribar las paredes y los techos. “Nos indicaron limpiar el lugar y dejar todo para que el camión de escombro se lo lleve. Ya bajamos las vigas del techo y tiramos el tejado, ahora sólo nos falta tirar las paredes. Vamos a limpiar el lugar que apestaba cuando empezamos a tirar” expresó el albañil Martín Oropeza.

Las puertas ya se encuentran cubiertas con láminas para impedir el paso de extraños y que puedan saquear las herramientas de construcción que se resguardan al interior de un bodegón.

Aún no ha sido demolido en su totalidad, pues los trabajos podrían tardar una semana.

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