Para el Congreso Constituyente de 1917 fueron elegidos tres diputados en representación de Querétaro: Juan N. Frías, Ernesto Perusquía y José María Truchuelo; pero también asistió otro queretano, su nombre: Carlos Ramírez Llaca, descendiente del Padre de la Patria, Don Miguel Hidalgo y Costilla.
El tío Carlos, como lo llaman sus sobrinos nietos: Sergio Fernando Díaz Fernández, Lourdes Díaz Reyes Retana y Amílcar González de Cossío Frías, acudió al Constituyente por parte de San José Iturbide, Guanajuato, y su participación destacó en favor del campesinado y la clase proletaria.
El próximo 3 de febrero, en el Panteón y Recinto de Honor de Personas Ilustres de Querétaro, develarán una placa en Sesión Solemne de Cabildo para rendir homenaje a los cuatro queretanos que dejaron su huella en la Carta Magna, y en la ceremonia estarán presentes sus familiares Sergio, Lourdes y Amílcar, para recordar al tío Carlos.
“Es un honor incalculable ser familiar de quienes plasmaron la Carta Magna, la Constitución que rige actualmente a nuestra nación. Rendir homenaje es un respeto hacía las leyes y, sobre todo, para el trabajo del tío Carlos. Para nosotros es un orgullo sentir y saber que nuestro tío abuelo forma parte de esa Carta”, dice Sergio Díaz Fernández.
Lourdes concuerda con lo dicho por su primo y agrega: “Es un honor tener a alguien de la familia, porque México es muy grande, somos muchos millones, y tener a alguien cercano al proceso que dio origen a la Constitución es de mucho orgullo”.
“Sí, es una distinción para nosotros que nuestro tío participara en uno de los grandes acontecimientos de México, como es la promulgación de la Constitución política, que él haya participado es un distinción y orgullo para nosotros”, expresa Amílcar, quien además recuerda haber conocido a José María Truchuelo, cuando su padre lo enviaba con un recado a la casa del Constituyente.
Descendiente del Padre de la Patria
Sergio Fernando Díaz Fernández convocó a los primos Lourdes Díaz Reyes Retana y Amílcar González de Cossío Frías para hablar con EL UNIVERSAL Querétaro sobre el tío Carlos.
La cita fue a medio día en Plaza Fundadores. Lourdes llegó primero y traía consigo una hoja en donde aparece la foto del señor ingeniero Carlos Ramírez Llaca, copia del libro La historia de Querétaro, escrito por su padre, Fernando Díaz Ramírez, fundador de la Universidad Autónoma de Querétaro.
Después llegó Amílcar, con copias para todos de una pequeña biografía sobre el tío Carlos, un documento que él mismo escribió, recopilando información de pláticas familiares y diversos textos que surgieron sobre el Constituyente, porque no existe algún libro dedicado por entero a Ramírez Llaca.
Carlos Ramírez Llaca nació en Querétaro el 22 de septiembre de 1885, en la llamada Casa del Marqués. Su padre, Trinidad Ramírez Gutiérrez, fue hijo de Gil Ramírez Hidalgo, quien era nieto de Mariano Hidalgo y Costilla, hijo natural de Don Miguel Hidalgo y Costilla, el llamado Padre de la Patria.
“Nuestros papás siempre nos dijeron desde chicos que éramos familiares del cura Hidalgo, toda la vida nos recordaban eso, porque era muy importante”, dice Lourdes.
“¿Notan lo importante que es entonces el tío Carlos?, dice Sergio.
“Ese es otro vínculo para sentirse orgulloso del tío Carlos, porque, aunque haya sido en aquel momento un escándalo que el Padre de la Patria tuviera un hijo, era Don Miguel Hidalgo una figura ejemplar”, agrega Amílcar.
Trinidad Ramírez Gutiérrez y Aurora Llaca tuvieron nueve hijos: Carlos, Gil, Manuel, Trinidad, Alfredo, Elodia, Amalia, María Aurora y Camila.
“Los cinco hombres se fueron a la Revolución, estuvieron peleando con las fuerzas carrancistas y don Carlos Ramírez Llaca llega a ser coronel del Ejército Carrancista”, platica Amílcar
“Dos de sus hermanos murieron en la época de la Revolución: Gil y Manuel. Gil llegó a ser teniente coronel y Manuel ayudante del Estado Mayor, porque murió antes de los 18 años, siendo un chamaco, de 17 años, entró a la Revolución”, añade.
La familia Ramírez Llaca era dueña de las haciendas y ranchos de Carrillo, Cerrito Colorado, San Pedro, La Trinidad, Tlacote el Alto, La Tinaja, El Pie, El Burro y Cerro Prieto.
Además, les pertenecía Begoña y La Palmita, estas dos últimas se ubican en territorio guanajuatense, por esta razón Carlos Ramírez Llaca representó a Guanajuato en el Congreso Constituyente de 1917.
“La Palmita colinda con Guanajuato y la familia tenía otras propiedades en la capital de Guanajuato, entonces el tío Carlos caminaba entre Guanajuato y Querétaro. Cuando vienen las elecciones para los representantes de diputados en el Constituyente, lo eligen a él por Guanajuato”, comenta Sergio.
Por su parte, Lourdes detalla: “Fue específicamente para el distrito 18, que es San José Iturbide, Guanajuato”.
El tío Carlos fue ingeniero de profesión, “fue el único de los cinco hermanos que tiene un título profesional”, aclara Sergio.
“Y para aquella época eso era muy importante”, dice Lourdes.
Ni Sergio, Lourdes o Amílcar conocieron al tío Carlos, todo lo que saben de él se basa en pláticas familiares, charlas en las que escucharon que los hermanos Ramírez Llaca eran gente de trabajo, respetables y entusiastas.
“Lourdes es hija del licenciado Díaz Ramírez, hermano de mi padre, Enrique Díaz Ramírez. Mi tío Fernando fundó la Universidad Autónoma de Querétaro y la Facultad de Derecho; y mi padre fundó la Facultad de Ingeniería. Y por pláticas de ellos es que afortunadamente tuvieron la dicha de haberlo conocido, sobre todo mi tío Fernando, porque él nació en 1904, y cuando mi tío Carlos llegó al Constituyente era 1916”, menciona Sergio.
“Mi padre comentaba que ellos se criaron a la usanza antigua, no había permiso, ni liviandades, todo era muy estricto, y el tío Carlos era muy estricto, con la mirada te manejaba, era muy recto y de ideas muy firmes, eso fue lo que dignificó a la familia Ramírez Llaca, su rectitud en los negocios y tratos”, agrega.
Su participación en el Congreso Constituyente de 1917 destacó porque “él era muy a fin a los problemas del campo”, dice Lourdes.
Mientras, Amílcar hace referencia a los debates que se realizaron durante el hecho histórico, “en donde lo registran como muy participativo en el sector obrero, ahí tuvo muchas aportaciones importantes en ese tema”.
En el libro Querétaro de la Constitución, Constitución de Querétaro, Andrés Garrido del Toral, cronista del municipio de Querétaro, escribe que la vida revolucionaria de Carlos Ramírez Llaca “nació al reprobar la tiranía de Porfirio Díaz; luchó contra él hasta su derrocamiento y se unió al antireeleccionismo”.
Agrega que el tío Carlos “perteneció primeramente al Partido Reyista y, al asesinato de Madero, combatió con denuedo a la usurpación huertista. Estuvo al lado de Venustiano Carranza hasta su triunfo”.
En el mismo libro, Garrido del Toral habla de un suceso con otro Ramírez Llaca. El hecho ocurrió la noche del 31 de diciembre de 1916:
“José Trinidad Ramírez Llaca, hermano del diputado Carlos, había descargado su pistola en un restaurante, probablemente para celebrar la llegada del Año Nuevo. En la lucha por desarmarlo hubo más disparos y dos personas resultaron heridas, aunque no de gravedad”, relata el cronista.
José Trinidad Ramírez Llaca fue condenado a la pena de muerte y Carlos continuó su tenaz labor en el Congreso Constituyente.
El tío Carlos se casó en la Ciudad de México, pero no tuvo hijos. Ninguno de los varones Ramírez Llaca tuvo descendencia.
Terminadas sus funciones en el Constituyente, se dedicó a asuntos particulares, como continuar con la administración de las haciendas familiares. Murió el 26 de julio de 1939.
No hay documentos ni objetos personales que hablen sobre la historia de Carlos Ramírez Llaca. Queda como tarea de sus sobrinos nietos, Sergio, Lourdes y Amílcar, indagar y dejar su testimonio en un libro, para que las futuras generaciones conozcan más del Constituyente queretano que representó al estado de Guanajuato, de aquel Constituyente descendiente del Padre de la Patria.