En 1980, Héctor Suárez y Leticia Perdigón nunca se llamaron por su nombre. Los dos formaban parte del filme Lagunilla mi barrio, y se comunicaba entre sí con los apelativos de sus personajes.

“Nos decíamos mi Rita bonita y mi Tirantitos. Siempre comíamos juntos, nos citábamos antes del llamado, nos veíamos en un café”, cuenta ella.

Ayer, a los 81 años y tras padecer cáncer de próstata de 2015 a 2019, quien dio vida a El Tirantes y a Tránsito Pérez de El milusos, falleció.

“Acostarse y amanecer muerto es una muerte de reyes, no sufrió. Mereció lo que tenía que merecer, hay un Dios, buda o un ser supremo o como le quieran llamar y en lo que crean, pero lo dejó descansar”, dice su hermano Gustavo, quien se encargó de que los restos del histrión fueran cremados.

Al set, cuentan todos quienes lo conocieron, Suárez llegaba con las líneas aprendidas, aunque le gustaba improvisar.

Estudiaba arquitectura cuando entró a una clase de Carlos Ancira y pidió subir al escenario, ya no volvió a bajarse de él.

Zurdo de nacimiento y autocalificado como “anarquista”, Suárez no callaba sus opiniones políticas. Eso presuntamente hizo que en los sexenios de Miguel de la Madridy Carlos Salinas de Gortari fuera retirado de la tv.

“Soy de mecha corta y no me dejo ni me dejaré, si eso significa ser conflictivo, entonces lo soy”, decía sin titubeos.

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