Los antreros llaman a la ciudadanía a denunciar fiestas clandestinas y negocios que operen en la irregularidad, pues de seguir el alza en los contagios de Covid Querétaro regresará a Escenario C y más negocios deberán cerrar definitivamente, advirtió Emilio Lugo García, presidente de la Asociación de Empresarios y Trabajadores de Discotecas, Bares y Restaurantes.

Agregó que ninguno de los agremiados ha resultado sancionado por los operativos de la Unidad Especial anti-Covid-19, pues  todos respetan los protocolos, incluso se enfrentan a inspecciones demasiado severas.

“De los establecimientos nocturnos, de las discos, no nos han cerrado ninguno. El establecimiento que cerraron el fin de semana, la cantina o bar, no pertenecía a nosotros;  lo cerraron por horario, otros establecimientos que cerraron  son restaurantes y de  fiestas clandestinas”, dijo.

Lugo García alertó que de continuar el incremento de contagios las restricciones crecerán, lo que no podrían soportar los ya muy endeudados agremiados.

Recordó que en lo que va de la pandemia suman ya 16 los negocios que no lograron sobrevivir y la misma situación desastrosa se generaría en otros sectores.

“Regresar a un Escenario C  es darle el tiro de gracia a nuestro gremio, es un año, ya es imposible para nosotros”, comentó.

Destacó que  el Escenario B  obliga a cerrar los negocios a las 22:00 horas y sólo 4 de los agremiados han abierto sus puertas, esperanzados en  cubrir parte de las deudas que han generado.

Dijo que actualmente los comercios pueden operar a 30% de su capacidad, lo que les permite obtener recursos para sobrevivir, pagar rentas y cubrir algunos gastos.

“Son 75 (agremiados) entre bares y discotecas, solamente tres hemos abierto realmente, pon que cuatro,   pero todavía no se ha podido dar la situación para que abramos bien”, señaló.

El líder del sector destacó que resulta imposible para los afiliados solicitar un permiso temporal para operar como restaurantes por diferentes razones, entre ellas que llevan de 20 a 40 años dedicándose a un mismo giro y  para cambiarlo deben modificar las  licencias de operación, de uso de suelo,  de alcoholes y  construir una cocina, la cual cuesta alrededor de 250 mil pesos.

Precisó que el gremio también analiza presentar un amparo para que se les permita  abrir en los horarios en donde hay más clientela; además, trabajan en  un programa piloto, para  que los establecimientos realicen pruebas rápidas de la detección del Covid-19.

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