La Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) dio a conocer que expulsó este año a un docente que fue acusado de violación, y por ahora las denuncias se encuentran en la Fiscalía General del estado, esto tras las quejas presentadas por cuatro alumnas, informó la rectora Teresa García Gasca.
Las denuncias que llevaron a la expulsión se generaron en marzo de este año, sin embargo, los hechos reportados ocurrieron en los años 2017 y 2019.
La rectora dijo que buscará reunirse con una de las afectadas, quien ayer se comunicó con la UAQ para quejarse por la mala respuesta que recibió de la institución tras su denuncia.
“Quiero escucharla y hacer todo lo posible porque la atención que demos en la universidad sea cálida y de calidad; subsanar los errores que podamos tener, para que las jóvenes se sientan bien cobijadas por su universidad”, indicó Teresa García Gasca.
Explicó que todo reporte se debe atender por la Unidad de Atención de Violencia de Género (UAVIG), por lo que es la instancia que conoce la cantidad de quejas presentadas.
“Abrimos la carpeta de investigación, se hicieron todas las indagatorias, se hizo todo lo que la universidad tiene en su competencia y lo sacamos de la universidad, está cesado de la universidad”, indicó García Gasca.
Docente buscó empleo en Chiapas
La rectora explicó que el docente impartía clases en la Facultad de Filosofía y al parecer buscaba trabajo en la Universidad de Chiapas.
Ante esto dijo que cualquier persona que resulte expulsada se encuentra impedida para volver a ingresar a la UAQ, pero se carece de elementos para que las otras universidades sepan identificar a quien se encuentre en esa situación.
“Lo platicaba yo con el rector de Chiapas, la necesidad de generar estrategias para que podamos cubrirnos. A nosotros también nos han llegado profesores que han sido acosadores en otros lugares y que nos enteramos después”, apuntó la rectora de la UAQ.
Compartir información entre universidades o bien, reportar inmediatamente al resto de ellas los casos de violencia, podrían ser medidas viables para evitar que quienes cometen alguna agresión simplemente cambien de universidad.
Toda medida deberá analizarse a profundidad, para garantizar que siempre se respeten derechos humanos.
“Tenemos que revisar bien con los abogados generales de las universidades qué estrategia podemos tener para que las universidades estemos enteradas cuando una persona ha salido por una situación de violencia sexual o violencia de género y que podamos tomar decisiones”, expuso García Gasca.
Deberían ser honestas cuando solicitan empleo respecto a que fueron expulsadas por algún caso de violencia, pero como no lo hacen, es que resulta necesario el blindaje, consideró.
