Cualquier mención a la disminución de las cifras de pobreza es artificial si no existe un cambio profundo en las políticas de empleo y crecimiento en la ocupación laboral, advirtió Sulima García Falconi, socióloga y académica de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), quien subrayó, se necesitan transformaciones estructurales para que la población del estado mejore su calidad de vida.
Ello, ante los resultados arrojados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que reveló que en el estado de Querétaro entre 2014 y 2016, el número de personas en condición de pobreza y pobreza extrema mostró una reducción del 3.1% y 1.0%, respectivamente.
De acuerdo con el estudio, mientras que en 2010, 767 mil personas vivían en condiciones de pobreza (alrededor de un 41.4%), para el 2012, dicho número descendió a 707.4 mil personas en esta condición, es decir, el 36.9% de la población.
Las cifras del reciente estudio, indican que en 2016, la población en estas condiciones sumó a 635.7 mil personas, es decir, un 31.1%.
En entrevista para EL UNIVERSAL Querétaro, Sulima García Falconi explicó que las políticas sociales que operan actualmente en México, y que están enfocadas en las poblaciones más vulnerables, se centran en la entrega de apoyos en recurso económico, lo que dijo, no significa el aumento de su calidad de vida.
“Ese dinero sólo les va a servir para sortear algunas desventajas, pero no las va a sacar de pobres”, mencionó la académica.
“Posiblemente les va a servir para salir de la pobreza alimentaria, pero las demás pobrezas y carencias ahí van a seguir”, afirmó Falconi.
“Esto (los resultados del Coneval) es una cifra artificial porque si tu quitas esa política social, ésta gente vuelve a caer en los mismo niveles de pobreza que antes o hasta peor, porque la única política que puede hacer descender en realidad la pobreza es una política del empleo permanente, profunda y que elimine la hiperflexibilización que existe en el trabajo”, acotó.
En este sentido, García Falconi advirtió que las autoridades encargadas del desarrollo social, deberán de fomentar el empleo formal y ampliar el mercado de trabajo en este sector con las garantías sociales que conlleva, como el pago de la seguridad social a los trabajadores y la posibilidad de poder acceder a una pensión.
“Tiene que existir un cambio estructural para que la gente viva mejor en este país… (aumentar los salarios) se puede hacer sin detrimento del sistema de libre mercado, pero como siempre, falta voluntad política y además también, yo creo que cierta capacidad de empatía con los otros. Que los políticos entiendan cómo viven las personas en carne y hueso en las ciudades y en los pueblos mexicanos”, agregó.
Por su parte, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reveló recientemente que en México el 30% de los hogares con mayores retribuciones concentraron el 63.3% de los ingresos corrientes totales, mientras que el 30% de los hogares con menos recurso, participaron apenas con el 8.9%.