El domingo inició el Horario de Verano 2018 en la República Mexicana, mecanismo implementado desde 1996, y con el cual, durante sus primeras aplicaciones, la gente olvidaba atrasar su reloj ocasionando que tuvieran demoras en las jornadas laborales o en sus actividades cotidianas.
Hoy en día, con el avance de la tecnología y el uso de teléfonos inteligentes por la mayoría de la población, esta situación ha cambiado, ya que este dispositivo y otros más cambian su hora de forma automática, ayudando así a que la alarma fijada para la hora de despertar no se vea afectada.
Experiencia. Olga Reyes contó a El UNIVERSAL Querétaro que a ella le afecta porque el primer día se duerme una hora menos y su cuerpo lo reciente, sin embargo, no llega tarde a sus compromisos porque ve la hora en su celular.
“La mayoría vemos la hora y ponemos las alarmas en el celular, el cual se ajusta automáticamente al nuevo horario. Yo, por ejemplo, tengo mi despertador de reloj tradicional y me marca el horario anterior y como hoy no me tocó trabajar, afortunadamente, pues en lo único que sentí este cambio de horario es que me levanté una hora más temprano y mi cuerpo lo sabe”, destacó.
Asimismo, Víctor Rivera destacó que en él, en esta ocasión, tuvo un efecto curioso ya que llegó más temprano de lo normal a su casa, y se despertó más temprano. Para su trabajo, dijo, no le genera conflicto porque él entra a las 3 de la tarde.
Datos. Querétaro forma parte de los estados donde este 1 de abril se hizo el cambio de horario, sin embargo, el pasado 11 de marzo, 33 municipios de la franja fronteriza del norte del país adelantaron sus relojes una hora. Los estados de Sonora y Quintana Roo están exentos de estos cambios.
El Horario de Verano es una medida que consiste en adelantar una hora el reloj durante la parte del año en que se registra mayor insolación, con el objetivo de reducir el consumo de energía eléctrica, utilizado principalmente en iluminación, equivalente a una hora de luz artificial por las noches, teniendo su mayor impacto en el sector doméstico.
De acuerdo con estudios del Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (FIDE), con la participación de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), y del Instituto Nacional de Electricidad y Energías Limpias (INEEL), la aplicación del horario de verano en 2017, obtuvo ahorros en consumo de 885.70 gigawatts hora (GWh), y una demanda evitada de 548 megawatts (MW), que equivale a diferir la inversión de una planta termoeléctrica convencional.
La aplicación del horario de verano permitió un ahorro equivalente al consumo de 571 mil casas habitación durante todo un año.
“El ahorro económico por la implementación del horario 2017 se estima en mil 311 millones de pesos, esto al considerar un costo medio de la energía eléctrica de 1.4805 pesos por kilowatt hora para los usuarios domésticos. Asimismo, con el Horario de Verano 2017, se evitó la emisión a la atmósfera de 402 mil toneladas de bióxido de carbono, principal contaminante del efecto invernadero”, se puede consultar en la página del FIDE.