Se escucha en las calles de Querétaro un grito que se repite año con año, se oye en las calles que son tomadas por estudiantes de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ). Recuerdan, como muchos universitarios en todo el país, la masacre estudiantil en la Plaza de las Tres Culturas.
Parten de la Plaza del Estudiante casi una hora después de lo programado, pero eso no impide que cientos de jóvenes, con mochilas a la espalda, caminen rumbo al primer cuadro capitalino.
A su paso, la gente sale a verlos, a tomarles fotos, grabar videos, hacer transmisiones en vivo para Facebook. Algunos miran con curiosidad. Otros no saben el motivo de la marcha ni por qué la joven que llevaba el megáfono gritaba consignas contra el gobierno.
Desde los autos estacionados en los cruces, que son resguardados por elementos de la Policía Municipal, se oye un claxon de apoyo. Otros automovilistas saludan a las muchachas y muchachos.
Las calles angostas del centro hacen que la movilización ocupe varias cuadras. Son quizá 2 mil los estudiantes que salen a las calles, recordando a quienes lo hicieron hace 50 años, sólo con sus ideales, y que fueron reprimidos como nunca se imaginaron.
Contrario a lo que sucede en la Ciudad de México, donde cada año se presentan actos de vandalismo, en Querétaro los jóvenes salen a la calle de manera pacífica.
Los negocios permanecen abiertos, las madres con sus hijos no huyen. De hecho, en el recorrido de la marcha se encuentran a muchas familias, pues los niños que van a la escuela en la tarde tienen pocos minutos de haber salido.
Una niña de unos tres años, cuando escucha que los jóvenes gritan: “Justicia”, entra rápidamente al restaurante donde está su familia, para decirles que los muchachos piden eso, justicia.
Otro hombre, sentado en una silla afuera de un domicilio en la calle de Hidalgo, grita que ellos, quienes marchan, son el futuro del estado y el país. Un joven le dice que no sólo el futuro, sino el presente. El hombre sonríe por la respuesta.
“No has muerto camarada, tu muerte será vengada”, es otro de los gritos que se escuchan, junto con el conteo hasta el 43, por los jóvenes de Ayotzinapa.
Al llegar al jardín Guerrero dibujan las siluetas de estudiantes caídos en distintas luchas, no sólo en México, también en Nicaragua, por ejemplo.
Luego siguieron hacia el jardín Zenea para llegar a la plaza de la Corregidora, donde también pintan siluetas de estudiantes muertos y colocan velas y fotos de los mismos.
Los comensales de los restaurantes del andador 16 de Septiembre observan el paso del contingente, mientras siguen con los gritos y las exigencias de justicia, la palabra más dicha durante la marcha.
Algunos de los clientes aplauden al paso de la marcha. Otros son indiferentes y dan un trago a su cerveza.
A su paso no faltan muestras de rechazo y otras de aprobación. Desde la mujer encargada de una tienda de regalos que detona una “bomba” de fiesta, y que es aplaudida por los jóvenes, hasta algunos adultos mayores que reprochan que ellos aún no nacían en el 68.
Sin embargo, los universitarios, a quienes se les unieron otros contingentes, como el de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), la mayoría mujeres, avanzan ajenos a estas muestras de rechazo.
Entre los jóvenes, rodeada con algunos miembros de su oficina, la rectora de la UAQ, Teresa García Gasca, marcha con sus alumnos. Discreta, sin llamar la atención, corea las consignas que los muchachos gritan.
La marcha llega hasta la Facultad de Filosofía, donde los jóvenes ocupan las gradas que se ubican en el sitio. Ahí escuchan las palabras de aliento de su rectora, que se dice orgullosa de su comunidad. Al mismo tiempo, recuerda otros casos de violencia contra los jóvenes, como es el caso Ayotzinapa. La comunidad de la Facultad de Filosofía invita a los participantes a ver un documental que exhiben. Muchos hacen caso, otros deciden retirarse. Se van en grupos pequeños, en parejas o solos. Por la mañana, un grupo de estudiantes de sicología llevaron a cabo una caminata desde su facultad hasta la Plaza del Estudiante, donde depositaron flores y conminaron a no olvidar el 2 de octubre de 1968. Llamaron a ser conscientes de lo que significa esta fecha en la historia de México y por qué no debe olvidarse.
bft