Frente a un ritmo de vida cada vez más acelerado, la quiropráctico y alphabiotista Tere Canela ofrece productos naturales elaborados de forma artesanal con hierbas, flores, aceites esenciales y fragancias.

La mujer pasa la mitad del día en su consultorio atendiendo pacientes, y la otra la dedica a promover los productos que fabrica. Hasta ahora la principal ventana para ello, dice, han sido las exposiciones y muestras artesanales que se llevan a cabo en distintos puntos de la ciudad.

Tere conoció la forma de elaborar estos productos desde hace más de ocho años, pero no fue sino hasta hace un par de meses que comenzó a venderlos abiertamente al público.

“Yo empecé de aficionada. Una amiga me dijo ‘mira, los jabones naturales se hacen así y así’; empezamos a hacer para nuestras amistades, para reuniones, obsequios, y luego yo para mi familia”, comenta.

Afirma que los productos que ofrece van de acuerdo con algo que le gusta, algo en lo que cree y algo que promueve: la salud a través de lo natural.

En este sentido, explica que tanto la quiropraxia como el alphabiotismo pugnan por el cuidado de la salud de una manera natural.

“Como quiroprácticos lo que hacemos es atender la columna vertebral para liberar raíces nerviosas, y que las personas sanen sin necesidad de medicamentos y de químicos”, destaca.

Advierte que el origen de muchas enfermedades que se manifiestan en la población actual tienen que ver con el estilo de vida de las personas.

“Las vértebras, por ejemplo, se contracturan por el estrés, por el trabajo pesado, por los horarios y por el ritmo de vida que llevamos. Lo que nosotros hacemos es generar descompresión de vértebras, liberar raíces nerviosas, y esto se va quitando, pero si además de eso aprendemos a usar productos naturales nuestra salud tiene que ser mucho mejor y tiene que ir mejorando”, señala.

Tere percibe que en la actualidad está habiendo un despertar hacia lo natural entre las personas, en donde lo que se busca es regresar a las raíces y cuidarse por dentro y por fuera, lo que tiene una repercusión a nivel emocional.

“Estamos viendo todo lo que la naturaleza nos regala. Es en ese tenor que aprovechando esta inquietud de la gente uno puede promover este tipo de cosas y contribuir a mejorar la salud en todas las áreas”, señala.

Oferta de productos. Lo primero que Tere aprendió a hacer fueron jabones. Recuerda que el primero que produjo fue uno de neem, un árbol cuyas hojas poseen propiedades relajantes, astringentes, y a decir de la mujer es bueno para el acné y para el cuidado de la piel y el cabello.

Al referirse al proceso de elaboración, explica que lo primero que se hace es el jabón base, conformado por sosa y agua.

“De pronto, al pensar en sosa, uno piensa en tóxicos; sin embargo, haces la mezcla y la dejas reposar de 30 a 40 días, y todos los elementos tóxicos se evaporan. Ya después lo vas mezclando con aceites que se hacen a partir de plantas, y con algunas fragancias que se hacen a partir de las mismas plantas y flores. Una vez que integras todo eso, en tres, cuatro días o cuando mucho una semana están secos y listos para usarse”, expone.

Ella empaca los jabones en pedazos de periódico, tela, cartón y otros materiales reciclados.

A la gente, comenta, le llama mucho la atención los que son de aromas bonitos, pero también los que son medicinales.

“Hay unos que su aroma no es tan agradable, pero la gente los busca por sus características. Por ejemplo, el de romero. Hay gente que le gusta y a gente que no, pero como es muy bueno para el cabello, si es lo que la gente está necesitando se lo lleva”, refiere.

De acuerdo con Tere, hay quienes se dejan guiar por aromas como la lavanda, naranja o albahaca.

Variedad. De alrededor de 15 variedades que tiene, los que más se le venden son precisamente los de lavanda, seguidos de otros como el de avena, manzanilla, yerbabuena, café, nopal y pepino.

También tiene a la venta almohadillas de descanso, entre otras cosas, para la vista; están rellenas de flores, hojas, tallos y semillas.

“Se ponen en el refrigerador y en la noche que te acuestas, con lo fresco de las semillas y el aroma que expiden las flores, se entra en un estado de descanso y de relajación. Al mismo tiempo que te estás relajando, tus ojos se están desinflamando y tu vista se está revitalizando”, detalla.

Otros productos que maneja son desodorantes, aceites y cremas.

El desodorante es un mineral 100% natural compuesto por sales que se cristalizan, no tiene ningún aroma y desodoriza axilas y pies. “Neutraliza cualquier olor, disminuye la sudoración, no mancha la ropa y es hipoalergénico”, asegura.

Al mostrar sus aceites, la quiropráctico se enfoca en uno en particular: el de semilla de uva.

Explica que para su elaboración pone a macerar en aceite de oliva o en algún otro aceite las semillas, para absorber todos sus nutrientes y que éstos puedan utilizarse para el cuidado de la piel, pues la semilla de uva es uno de los antioxidantes más potentes que existen. Algunos otros de sus aceites son aromáticos.

Despertar a lo natural. “He tenido la fortuna de ser invitada a mercados artesanales donde se promueven exclusivamente productos 100% naturales, pero además tengo mis muestras para que la gente me vaya conociendo”, indica Tere Canela.

La mujer resalta que cada vez hay más eventos a través de los cuales se busca dar a conocer el trabajo de productores locales.

Sostiene que si bien de alguna manera no se tienen las mismas oportunidades que las grandes marcas o empresas, la intención es crear un frente común para tener presencia en distintos puntos.

“Estamos buscando eso. Todos estos mercaditos artesanales que se están abriendo se deben, primero, a que la gente se está dando cuenta de todo este movimiento y de todo lo que puede cambiar en su vida, pero por otro lado, estamos creciendo como gremio. La oportunidad ahí viene. Es un despertar a las cosas naturales”, concluye.

Dos teléfonos en los cuales se puede contactar a Tere Canela para interesados en sus servicios y productos son el (452) 1127660 y el (442) 1184510.

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