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Con las primeras horas del día los locatarios del Mercado Hidalgo, ubicado justo en el Centro Histórico, se preparan para un día más de trabajo. El lugar se llena de olores que invitan a desayunar, desde un plato de menudo, hasta tacos de barbacoa, Choco milk, fruta picada o piezas de pan recién hechas, además de los tradicionales puestos de verdura, flores, ropa, artículos para el hogar y más.
Desde muy temprano los locatarios se organizan para limpiar sus negocios y los pasillos de este establecimiento que cuenta con 70 años de antigüedad y que hoy atraviesa una de las peores rachas en su historia, según los vendedores.
Dicen que las ventas han disminuido 50% desde hace casi 15 días, cuando comenzó a intervenirse de nuevo la avenida Ezequiel Montes.
Remodelación que provoca caos.
Desde avenida Universidad hasta avenida del 57, la acera y la mitad de la calle parecen víctimas de una explosión. El polvo vuela por todas partes, las raíces viejas de los árboles saltan a la vista y ponen una que otra zancadilla a los que se caminan por ahí.
Las unidades de transporte público no realizan paradas durante todo este tramo, por seguridad de los usuarios. La maquinaria pesada ocasiona también un caos en materia de movilidad.
Los usuarios del transporte público, desesperados por la lentitud con la que avanzan los camiones, piden bajar en paradas no oficiales porque prefieren caminar, y los choferes optan por abrir las puertas y permitirles que bajen casi sobre las máquinas y la tierra suelta.
Las pocas personas que caminan sobre la banqueta que está en reparación, lo hacen brincando herramientas de trabajo, montones de tierra suelta, zanjas y demás. Es un tramo imposible de transitar para personas con discapacidad y adultos mayores.
“Vamos a caminar por enfrente, porque aquí no se puede ni pasar”, comentan algunas de las personas que dan algunos pasos sobre la zona en reparación.
Los negocios ubicados sobre Ezequiel Montes, en el intervalo que reparan las autoridades capitalinas, tienen una cortina hecha de plástico transparente, que permite mostrar sus productos y que al mismo tiempo los protege del polvo.
Las personas que bajan del transporte público en avenida del 57 y quieren llegar al Mercado Hidalgo, tienen que atravesar al menos dos cuadras que están en plena reparación. Afuera del mercado instalaron una lona que muestra el escudo del gobierno municipal y una leyenda que dice: “Mercado Hidalgo. Abierto”.
Un mercado casi vacío.
La entrada del mercado también tiene grandes tiras de plástico colgando, que de igual forma sirven para evitar que el polvo entre, aunque es una tarea casi imposible por la magnitud que representa la obra.
Por dentro, el mercado luce casi vacío. Los negocios de comida están listos desde varias horas antes, pero son pocos los que tienen comensales. Los trabajadores esperan pacientes a que lleguen los clientes, varios se dicen decepcionados porque dieron las 11 de la mañana y las ventas fueron mínimas, y para ser negocios de desayunos, su jornada de trabajo está por terminar.
Maricarmen trabaja el puesto de su hija, venden piezas de pan. En un día normal su trabajo termina entre 9 y 10 de la mañana, cuando el pan dulce y bolillo se vendieron, pero en los últimos días, cierra su negocio a las 12 e incluso a la 1 de la tarde, sin lograr que todos sus productos se vendan.
“Sí nos ha afectado, hasta para nosotros es difícil subir y bajar el producto, porque no podemos estacionarnos. Son las 11 de la mañana y tengo casi todo el pan, cuando en otros días se termina a las nueve. Yo calculo que las ventas han bajado 50%. Ojalá terminen pronto, porque hasta la banqueta está destruida”, lamenta.
Genoveva es dueña de un puesto donde vende jugos, Choco milk y rebanadas de pay o pastel; coincide en que las ventas han disminuido entre 40% y 50%, pero está contenta de que el gobierno municipal intervenga las vialidades para mejorarlas, pues dice que la calle no se repara desde hace 50 años.
“Sí se vende menos, pero estoy conforme porque se está mejorando la calle y hace casi 50 años que no se reparaba algo. No importa que ahorita tengamos mucho caos, al rato nos va a beneficiar, debemos tener paciencia porque las cosas no se hacen de un día para otro, y si las hacen rápido van a quedar mal. Las ventas han disminuido 40%, pero ya después nos vamos a alivianar.
“Recuerdo que era niña cuando abrieron esta calle e hicieron más anchas las banquetas, de eso hace como 50 años y desde ese entonces para acá, sólo han puesto parches en la calle. No todos mis compañeros coinciden, pero estoy contenta”, afirma.
Otras dos locatarias venden justo a la entrada del mercado. A pesar de la cortina de plástico, sus productos se ven afectados por el polvo que inevitablemente entra al lugar.
A las 11 de la mañana una de ellas ni siquiera había realizado su primer venta. Vende ropa deportiva y de mezclilla, incluso ha bajado los precios de sus productos. “Ese pantalón cuesta 170, se lo dejo en 140 para que se lo lleve”, le comenta a uno de los pocos clientes que se acercan a su negocio.
“Mis ventas creo que han bajado 50%, son casi las 12 y ni me he persignado, no he vendido nada. Todo tiene sus pros y sus contras, pero sí nos afectan porque a la gente le da flojera caminar por esta calle y mejor caminan por el otro lado, aunque también era necesario repararla porque los tubos estaban muy viejos.
“Esperemos que no tarden mucho tiempo en dejarla lista, porque luego salen con una cosa o con otra y así se pasa el tiempo. Además, que yo recuerde nadie vino a avisarnos que ya iban a empezar a reparar esta parte de la calle, nomás llegamos a trabajar un día y nos tomó por sorpresa”, asegura.
En general, los comerciantes esperan que las obras terminen pronto. Los más optimistas prevén que concluyan antes de diciembre, para que les permita recuperar ganancias en las fiestas navideñas.
La segunda etapa de la remodelación de la avenida Ezequiel Montes comenzaron el lunes 23 de octubre, las obras se realizan desde avenida Universidad hacia la calle Madero. Según autoridades del municipio de Querétaro, concluirán el 15 de enero de 2018.