Luis Fernando Rangel trabaja, estudia y toca música con su guitarra en los camiones, como una forma de obtener más ingresos para mantener a sus dos hijos y pagar sus estudios, pues espera un día poder ser un profesionista exitoso y “ser el mejor papá del mundo”, pero en estos días lo hace también para ayudar a los Reyes Magos.

Con 25 años de edad, Luis señala que actualmente toca de manera esporádica en los camiones. Hace unos años lo hacía todos los días.

“Duré como tres años tocando continuo, muy seguido, y luego le paré un tiempecito. Apenas como un año atrás comencé a tocar de nuevo, pero en mis ratos libres nada más”, explica el músico.

Gorra, sudadera azul a cuadros, jeans negros y tenis es el outfit de Luis, quien dice que aprendió a tocar guitarra en la secundaria, después entró a estudiar al conservatorio queretano, en lo que fueron sus comienzos musicales.

Dice que se decidió a tocar en los camiones porque como es padre de dos niños, un varón de ocho años y una mujer de seis, hubo un momento en el que tuvo necesidad económica y decidió tocar en los camiones para ganar algo de dinero para la manutención de su familia.

A la fecha, Luis trabaja como chofer para un señor de lunes a sábado, pero en estos últimos días del año disfruta sus vacaciones, al tiempo que estudia la carrera de Ciencias de la Actividad Física, y lo que gana en los camiones también lo usa para algunos gastos de la escuela.

Su jornada laboral, en estos días, comienza a las 8:00 horas, cuando sale de su casa. “Días así, cuando no tengo nada qué hacer, trato de levantarme lo más temprano posible para salir a tocar. Cuando voy a trabajar o en días normales me voy a la escuela en la mañana, luego en la tarde trabajo, pero si me sobra tiempo durante la tarde me salgo a las cuatro o cinco a tocar y termino a las 9:00 o 10:00 de la noche”, detalla.

Los ingresos que percibe por tocar en los camiones no son malos, pues en un día bueno gana 500 pesos, mientras que en un día “flojón”, cuando no le “echa muchas ganitas”, obtiene unos 300 pesos, pero en un muy buen día incluso puede sacar entre 800 y mil pesos.

Asevera que es muy variable la cooperación de la gente en el transporte público, pues si la gente no está de humor puede bajar sin un peso.

“Y puede pasarme al revés. Me puedo subir a un camión en el que va muy poca gente, pero de buen humor y bajo con 20 o 25 pesos, con poca gente. Es variado, realmente no sabría decir cuál es el momento correcto para saber si la gente te puede dar bien”, añade.

Precisa que no sólo toca en los camiones, ocasionalmente toca en restaurantes, bares y en fiestas —cuando lo contratan para ello—, pero esta última opción la está dejando de lado, pues no es de su agrado.

Luis toma del refresco que compró minutos antes. Bebe un poco y dice que cursa el cuarto semestre de su carrera, justo a la mitad. Antes de entrar a la escuela y conseguir trabajo solía salir diario a cantar en el transporte público.

Las unidades de transporte público pasan uno tras otro. Algunos choferes sonríen cuando ven a Luis. Otros lo ven con curiosidad, con su guitarra en mano, y su look muy grunge.

En el futuro se ve con su carrera terminada, “profesionalmente muy bien parado, me gustaría estar en un club deportivo ejerciendo mi carrera, ganando mejor dinero y seguir en la música, quizá, y seguir en la música, en un bar o algo, pero mi pensar es terminar mi carrera, ejercerla, tener mi casa y ser el mejor papá del mundo”.

Por lo pronto, espera su camión, no para regresar a casa, sino para tocar un par de canciones de su repertorio, principalmente en rock.

Google News

TEMAS RELACIONADOS