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Mantequilla de “la buena”, huevos, harina y frutas cristalizadas son productos necesarios para la rosca de reyes que todavía elaboran de manera tradicional en la panificadora La Moderna.
Hace 49 años este negocio abrió para ofrecer su variedad de productos a los queretanos; en la actualidad es un lugar conocido y tradicional de la ciudad. Previo al día de reyes, las roscas no pueden faltar.
Siguiendo la receta original, los panaderos comienzan la producción de roscas desde el día 4 de enero para tenerlas el día de venta más fuerte: el 6, aunque el 7 todavía reciben a decenas de personas que buscan las últimas.
Para este año se estima que los costos de las roscas sean 20% más altos que el pasado: la escalada de precios que se vivió en 2016, aunada al último gasolinazo —que encarece la materia prima— se refleja en el precio.
Sin embargo, el resultado vale la pena. Cada trozo se recomienda acompañarlo con un buen chocolate caliente, los panaderos reconocen que no todas las personas buscan la rosca y, sumado a la gran competencia (de otras panaderías y tiendas de autoservicio), esto evita que las ventas sean mayores.
Pese a ello, Salvador Torres, fundador y dueño de la panificadora, considera que prevalece entre las familias la práctica de reunirse el Día de Reyes para compartir, por ser tradición religiosa y costumbre de los mexicanos.
“La gente todavía busca la rosca de reyes; podríamos decir que hay más competencia. Ya las ventas no son como uno esperaría, pero sí se vende mucho. Podría ser mejor, pero hay gente que ya no la consume; sin embargo, nosotros nos preparamos para satisfacer la demanda”, refiere Salvador.
Afirma que Querétaro ha cambiado, pues antes las personas preveían su compra para tener garantizado el pan en la mesa para la celebración. Ahora los pedidos no son tan anticipados; “el mero día la gente llena la panadería para llevarse la rosca que alcance, a veces el tamaño ya es lo de menos”.
Explica que anteriormente los reyes magos, la noche del 5 de enero— cuando salían a buscar los regalos para los niños— hacían parada obligada en la panadería para celebrar la llegada de los juguetes y un desayuno con rosca para mantener las tradiciones.
Pero ahora ya no es indispensable, aunque tampoco se puede decir que la tradición está desapareciendo, sino que las formas de compra han cambiado. Ahora no sólo ofertan las panaderías, sino las grandes cadenas comerciales y otros establecimientos “de caché” son buscados por los consumidores, pero la calidad no es la misma.
En La Moderna no hay ingredientes artificiales, el pan se elabora como hace 49 años y con la receta característica de esta panificadora; sobre la calle Madero, a escasos metros de la esquina con avenida Tecnológico, el negocio mantiene esa imagen mística de las panaderías “de antes”.
Estantes con conchas, moños, orejas, yoyos, dos refrigeradores con leches de diferentes marcas; al centro el bolillo en cajas de madera y charolas con pan recién horneado; al fondo una puerta de cancel con ventanillas que permiten ver el área de horneado.
Hombres con delantales y las caras llenas de harina; se respira un ambiente que de inmediato abre el apetito. En otros puntos de la ciudad, específicamente en el Centro Histórico, hay panaderías que prefieren no producir, al menos no tantas, porque “es inegable que la gente ya no quiere tanto el pan, y si hacemos luego se nos quedan sin vender”, afirma la administradora de la panadería Centeno.
Para estos días, las roscas en La Moderna se venden en cinco tamaños y sus costos: 70, 140, 200, 280 y 400 pesos, todos con “niñitos” incluidos.
En las cadenas comerciales las roscas de reyes se venden desde diciembre, desde que las familias acudieron para las compras de Navidad los estantes ya estaban llenos de ellas.
Aunque se trata de productos que tienen altos niveles de conservadores, las roscas pueden guardarse hasta dos o tres semanas para su venta sin que se corra el riesgo de que se “eche a perder” o se endurezca el pan.
En las panaderías es diferente: no hay conservadores ni ingredientes que alteren el sabor original.
“Tenemos ingredientes como se debe: harina, matequillita, los huevos que no pueden faltar; aunque los precios de los productos han subido, no podemos andar sustituyendo unos por otros más baratos, es pura calidad”, dice.
La Rosca. En Querétaro opera la Asociación de Panaderos, la historia indica que la rosca es considerada un postre que celebra que tres reyes encontraron al Jesús en un pesebre de Jerusalén.
Se convirtió en una tradición adoptada por el cristianismo y se parte en honor de los reyes que salieron de Persia para encontrar al niño Dios y adorarlo. Los tres le entregaron regalos que hoy en día se simbolizan con los juguetes para los niños.
Según Marco Polo en su libro El Millón: “Los tres Reyes de la comarca se pusieron de viaje para adorar a un profeta recién nacido y llevarle tres ofrendas: oro, incienso y mirra; si el profeta tomaba el oro, era rey terreno; si tomaba el incienso, era un Dios, y si tomaba la mirra, era un médico”, cuenta la historia que remiten los panaderos.
La rosca tiene origen en la edad media, en Francia; comenzó a celebrarse esta fecha como una costumbre pagana para elegir a un rey, la gente se reunía en familia alrededor de una rosca de pan dulce adornada con azúcar y frutas cristalizadas en la que escondían un haba como símbolo de la persecución que hizo el Rey Herodes para asesinar a Jesús recién nacido.
Con el tiempo, en México, el aba se sustituyó por la figura del “niño dios”, que tenía la forma de un bebé de porcelana; actualmente esa figura es de plástico resistente al calor, por lo que se introduce en la masa previo a la cocción en el horno.