La contaminación del agua con radón del pozo de la comunidad de La Cantera, que se ubica en San José Iturbide, Guanajuato, podría afectar a los mantos freáticos de Querétaro, pero las autoridades estatales aún no han hecho la solicitud a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para llevar a cabo investigaciones.
El investigador del Centro de Geociencias de la UNAM Campus Juriquilla, Marcos Adrián Ortega Guerrero, señaló en conferencia de prensa que en este momento no saben si la contaminación del agua con residuos radiactivos pudiera afectar a Querétaro.
“En este momento no lo sabemos. Realmente donde tenemos control es en la cuenca [de la Independencia], es de donde tenemos muchos datos, de muchos años y en lo que respecta a Querétaro [que se ubica a 30 kilómetros] no sabemos, pero creo que sería una oportunidad excelente para empezar a ver si esta problemática en la cuenca se está extendiendo”, indicó.
El experto mencionó que hacia San Luis Potosí ya se extendió el problema, pero en aquel estado son pioneros en el estudio del fluoruro y el arsénico en el agua, que también se presenta en el lugar.
Apuntó que, hasta el momento, no han recibido ninguna invitación para investigar los pozos de agua de Querétaro, pero que en el momento en el que se les invite lo harán, ya que son zonas limítrofes.
Precisó que han estudiado el suroeste del estado de Guanajuato, donde pudieron encontrar que la concentración de muchos elementos radiactivos, que encontraron en la parte alta de la cuenca de la Independencia, en San José Iturbide, son más altos en el Bajío, principalmente de elementos disueltos.
Marcos Adrián Ortega Guerrero recordó que en La Cantera han muerto tres menores y dos adultos de leucemia en 2014 y 2015, presuntamente por beber agua de contaminada con residuos radiactivos.
Asimismo, se destacó que a 20 metros de distancia de este pozo se localiza el relleno sanitario, que a la fecha está cerrado más no clausurado, y cuyo depósito de 30 mil metros cúbicos de capacidad recibió desde los años 80 descargas de basura industrial de las fábricas aledañas.
La investigación de Ortega Guerrero demostró que el agua presenta un nivel de radiación de 2.3 por litro, cifra que sobrepasa el límite permitido para consumo humano, que de acuerdo a la Norma Oficial Mexicana es de 0.56 por litro.
No sólo la UNAM encontró estos niveles de radiación, el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ) y la Universidad de Illinois reportaron resultados similares.
Sin embargo, la investigación de la UNAM también arrojó que las concentraciones de arsénico y fluoruro en 250 pozos de la cuenca de la Independencia presentaban concentraciones hasta 10 veces por encima de los límites tolerables para consumo humano, que de acuerdo a la Norma 127 de la Secretaría de Salud es de 1.5 miligramos por litro.
Ortega dijo que el daño se expande y las concentraciones se duplican en algunas regiones; en el caso del arsénico, elemento cancerígeno, sobrepasa la norma 20 o 30 veces.
Recomendó medidas como la aireación del agua, antes de llegar a los domicilios, así como el almacenamiento de líquido en tanques elevados y con sistemas de aireación, para permitir que el radón, que es un gas, se pueda disipar en el aire.