El obispo de la Diócesis de Querétaro, Faustino Armendáriz Jiménez, pidió a los católicos orar por los nuevos gobernantes elegidos el pasado domingo, al tiempo que pidió defender su fe.
Luego de encabezar la misa del Buen Viaje, oficiada para las peregrinas que partieron ayer rumbo a la Basílica de Guadalupe, dijo que “una responsabilidad de los cristianos católicos es orar siempre por los gobernantes”. Lógicamente, cuando hay un nuevo gobierno hay una esperanza, y para algunos una nueva incertidumbre.
Sin embargo, “nosotros creemos que tenemos que mirar con esperanza, pero al mismo tiempo con mucho realismo, y defender nuestra fe, en medio de las decisiones que se puedan tomar, y que vayan contra los valores del pueblo mexicano”, subrayó.
Precisó que esperan ser reactivos en su momento, pero también prevenir a la grey católica para actuar en contra de las acciones que vayan contra su dogma.
Durante su homilía, Armendáriz Jiménez aseguró que como católicos se debe defender la vida desde el momento de su concepción. “Hoy tenemos que luchar para que esta fe nosotros la sigamos profesando en público. Hoy no nos pueden seguir diciendo que es lícito matar a un niño en el seno de su madre, aunque tenga un día de concebido. Muchos menos 12 semanas, y ahora lo quieren subir, como a 24 semanas. No es lícito”, enfatizó el purpurado.
Recalcó que los católicos no pueden guardar silencio ante estas situaciones y deben alzar la voz, “por Dios”, porque cuando se levanta la voz por la vida, es Dios quien habla.
Afirmó que a través de la peregrinación se da testimonio que “somos hombres y mujeres de paz, somos hombres y mujeres que amamos la vida, que amamos la palabra de Dios, que dice: que en el matrimonio ‘dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer’, (que significa) el matrimonio natural. Que seamos peregrinos que anunciemos el evangelio de la familia”.
A las peregrinas les deseó tener un buen camino, y que con su ejemplo de fe y devoción puedan motivar a otra personas, pues, dijo, todos los seres humanos tienen necesidad de Dios, pues no fueron creados por una máquina.