Admiradora de Jacques Cousteau, la pequeña Karina siempre se sintió inclinada hacia los misterios del océano. Sus papás le platicaban las historias del investigador y explorador francés. Las anécdotas eran mejores aún que las aventuras de Veinte mil leguas de viaje submarino, de Julio Verne. Y ahí fue cuando decidió que quería estudiar el mar.
“En casa de mis papás había libros por todos lados. Desde antes de que yo aprendiera a leer, ya había libros por todas partes; eso y las historias de Jacques Cousteau creo que fue algo que influyó mucho en que yo me decidiera, de manera muy temprana, a perseguir la construcción del conocimiento sobre el mar”, dice la doctora Karina Alethya Acevedo Whitehouse, profesora investigadora del Laboratorio de Genética Molecular y Ecología Evolutiva de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Autónoma de Querétaro.
Ganadora del premio Alejandrina en 2013 en la categoría “Joven talento”, Acevedo Whitehouse encabeza un proyecto de investigación que busca explicar las causas del padecimiento de cáncer anómalo en el tracto urogenital de los lobos marinos silvestres (Zalophus californianus) ubicados en California, Estados Unidos.
Además, recibió en 2010 el premio Ig Nobel, entregado en el Sanders Theatre, de la Universidad de Harvard, en la categoría de Ingeniería, por encontrar una nueva forma de estudiar enfermedades respiratorias en las ballenas, volando un helicóptero a control remoto sobre el animal cuando sale a la superficie y atrapar los mocos en bandejas ubicadas en la parte inferior de la nave.
La doctora Acevedo, especialista en epidemiología genética y molecular de vertebrados, afirma que no le gusta hablar “del papel de la mujer en la ciencia”.
“Me parece que hacer eso, discrimina también, como a la inversa; si yo centro lo que hago en el ‘soy mujer en la ciencia’, prefiero pensar que hago ciencia buena, correcta, de valores éticos, sin importar el género”, puntualiza.
La académica indica que ella no tiene una historia que contar en el tema de discriminación en su campo laboral, sin embargo, señala, sí ha conocido casos en donde algunas mujeres han padecido de ésta.
“Sé que si hay muchas mujeres que han tenido esa experiencia, y me parece terrible que todavía en el siglo XXI haya muchas organizaciones, muchos centros donde está terriblemente sesgado; es decir, donde hay pocas mujeres en puestos permanentes en la ciencia”, apunta.
Tener una carrera profesional si implica sacrificios, dice Karina Acevedo, sobre todo a nivel personal y familiar.
“Tener una carrera profesional que es tan celosa del tiempo que le dediques, puede ser algo complicado cuando eres mujer. Entonces, si alguna joven estudiante quiere dedicarse a la investigación y a la ciencia, lo primero es que tiene que saber esto, que hay que hacer sacrificios”, dice.
“Que se puede combinar, claro que sí. Yo conozco excelentes investigadoras, a las que admiro mucho, que también son excelentes mamás, por ejemplo. Pero tienen que saber que es complicado”.
Panorama científico complicado. Acevedo Whitehouse afirma que la investigación y la ciencia en México atraviesan por un momento complicado, por los recortes económicos aplicados a estos campos.
“Estamos en un período cercano a recesión, con muchas dificultades económicas y eso le pega directamente al desarrollo de la ciencia, porque no suele ser considerada una prioridad —de manera errónea, a mi punto de vista—”, dice la académica.
“Cuando el país entra en crisis, de las primeras cosas que son afectadas son la ciencia, la cultura y la educación. Yo creo que la única manera de que el país va a salir de este hoyo en el que se encuentra es fomentando la educación y la ciencia”, agrega.
La investigadora se encuentra actualmente en Ensenada, Baja California continuando su investigación del aumento de casos de cáncer urogenital en lobos marinos.
“A mí el trabajo de campo me permite observar a los animales en su hábitat natural, lo que permite plantearte preguntas para dedicar todos los recursos y energía a intentar contestarlas; es la única forma de tener preguntas que abordar”.
Acevedo afirma que debería haber en México mucho más campo de investigación para la biología marina, debido a la posición geográfica del país; pues actualmente sólo hay 16 investigadores en mastozoologia marina.