El tratamiento contra las adicciones se complica para las mujeres por diferentes razones, como la discriminación y el estigma social que conlleva, afirmó el especialista de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), Raúl Martín del Campo, quien señaló que en los últimos 20 años aumentó el número de niñas que se inicia en el consumo de sustancias ilegales.

Al participar en el Foro Mujer y Adicciones, organizado por el Consejo Estatal Contra las Adicciones (CECA), comentó que las personas de entre 18 y 40 años son las más vulnerables a las drogas y que hay una mayor vulnerabilidad en las mujeres, por presentar trastornos de depresión, estrés post traumático y abuso físico o sexual.

Por ello, la JIFE urgió a las autoridades a aterrizar en lo local las políticas públicas internacionales contra las adicciones en el sector femenino, pues uno de cada tres consumidor de droga en el mundo es mujer.

En México, por ejemplo, el consumo de drogas alguna vez en la vida subió en los últimos 20 años de 4% a 16% en mujeres de entre 12 y 18 años, es decir, se cuadruplicó el consumo en adolescentes; mientras que en hombres ni siquiera alcanzó a duplicarse.

Mientras que el consumo de marihuana en alumnas de secundaria y preparatoria pasó de 1.5% en 1991 a 8.4%; es decir, aumentó más de 15 veces en dos décadas.

El experto dijo que los motivos para iniciar en el consumo de drogas son: experimentar, la curiosidad, para relajarse, evadir los problemas y la presión social; pero hay otros factores distintivos en las mujeres, como la depresión y la ansiedad que permean en los estados de ánimo, además de creer que se empoderan frente a los hombres con una actitud de este tipo.

Martín del Campo añadió que se necesitan diseñar programas para atender a las mujeres, pues no existen centros de apoyo especializado para el sector femenino. Advirtió que, en muchos de los centros de rehabilitación mixtos, esta población refiere que se sienten hostigadas y criminalizadas.

Llamó a que los tratamientos sean más accesibles y también adaptados para las mujeres.

Aunque todavía no es el caso de México, hay países donde se registran sobredosis en las mujeres, pues biológicamente el género femenino presenta cierta vulnerabilidad a las drogas, debido a que tiene una talla menor a la del hombre, así como una proporción de agua y grasa corporal mayor y las drogas son solubles en este tipo de tejidos, por lo que caen en este estado con menor cantidad de sustancias.

Además de esto, continuó, hay una gran vulnerabilidad social, pues por lo regular cuando una mujer cae en sobredosis, si le va mal, tratarán de abusar de ella y, en el mejor de los escenarios, no la llevarán al hospital, sino a su casa, para cubrirla y protegerla para que no sepan que tuvo una sobredosis o se le pasaron las copas.

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