Pagar deudas adquiridas durante el año, ya sea con familiares y con bancos, así como ahorrar una parte y una más a los gastos típicos de la fecha, es en lo que destinarán Patricia y Miguel sus aguinaldos este año, para empezar, dicen, 2017 sin deudas.
Patricia “N” (omite apellidos) trabaja desde hac dos años en una agencia de relaciones públicas. Cobra de manera semanal, aunque sólo recibe su dinero en efectivo, sin ninguna prestación y sin cobrar por honorarios, que sería la otra forma de tener un empleo “formal”.
En años pasados ha recibido aguinaldo, aunque sólo es por “buena onda” de su jefe, pues su situación laboral es hasta cierto punto incierta, pero este año está en la incertidumbre, pues no sabe si su patrón les dará aguinaldo a ella y sus compañeras. “No sé tengo este pendiente. No nos han dicho nada”, añade la mujer de 27 años de edad.
Patricia vive con su familia, sin que aporte en mucho a la manutención del hogar, por lo que su sueldo es enteramente para ella, pero tiene algunas deudas contraídas.
“Tengo un buen de deudas, con mi papá. Como le debo a mi papá, es porque él me presta su tarjeta de crédito y luego le voy pagando y como lo puede sacar a meses, se lo voy pagando a él”, explica.
Agrega, no sin antes reír de manera nerviosa, que a su progenitor le debe alrededor de 90 mil pesos, por las deudas contraídas con la tarjeta de crédito de su padre, por lo que de recibir aguinaldo una parte del mismo la destinará a pagarle a su papá, otra parte parte para los gastos de diciembre y otra parte para un viaje que quiere hacer el próximo año.
Abunda que estima que su aguinaldo ascienda a dos mil pesos, pues además de las compras a crédito, Patricia le debe a su padre el coche que usa, que anteriormente era de su progenitor y que le vendió, pero también debe de pagar la gasolina y mantenimiento del vehículo.
Deudas anuales
Miguel “N” ( explica que no quiere dar sus apellidos, porque a nadie le gusta que le pregunten en qué se gasta su dinero y el tamaño de sus deudas) apunta que en su caso, como tienen unos meses en su nuevo trabajo, recibirá sólo una parte proporcional del mismo.
Comunicólogo de profesión, con 26 años de edad, Miguel señala que su aguinaldo será principalmente para pagar deudas, pues en realidad no será un aporte grande, por lo que lo que lleguen a darle será para liquidar deudas contraídas durante el año, “para empezar bien el siguiente”.
Ese presupuesto, abunda a manera de broma y emulando a los funcionarios públicos, “está etiquetado y destinado. No se pudo usar para otros bienes y servicios”, al tiempo que explica que las deudas fueron por algún artículo electrónico, ropa, calzado, que llegó a comprar a meses sin intereses.
Por ello, con el aguinaldo buscará liquidar buena parte de esa deuda, aunque está consciente que no será mucho lo que reciba.
“Me acabo de cambiar (de trabajo). En la empresa pasada, al momento de finiquitarme me dieron mi aguinaldo, y en esta nueva corresponde una cantidad menor, pero es entendible por el tiempo que llevo”, precisa.
Ambos jóvenes, con deudas contraídas durante el año y solteros, tienen en el aguinaldo un ingreso extra para pagar los bienes o servicios que utilizaron a lo largo del año.
No gasta lo que no tiene
Antonio Patiño trabaja en un valet parking desde hace dos meses, y señala que por su recién ingreso le corresponde la mitad de una quincena. Con 54 años de edad, una esposa y dos hijos adultos que viven en casa, tanto él como su esposa tienen que trabajar y correr con los gastos de la casa.
Adelanta que lo que le corresponda de aguinaldo será usado enteramente en la cena del 31 de diciembre.
Con la responsabilidad de mantener a la familia junto con su esposa, indica que mucha gente gasta en regalos, intercambios, cenas, comidas, además de pagar deudas o adquirir cosas irrelevantes.
Añade que a la fecha no tiene deudas importantes, y las que tiene realmente son menores. “Ahorita estoy buscando a un notario para escriturar mi casa. Eso me cuesta cinco mil 500 pesos”, abunda.
Resalta que él y Teresa, su esposa, son de la idea de que si no tienen el efectivo para comprar algo, no se compra, pues comprar a crédito o a pagos es más complicado y estresante, pues si se llegan a atrasar con un pago no le cobran en ese momento, pero después vienen las presiones para liquidar la deuda.
A pesar de que sus hijos trabajan y viven en su casa, señala que sólo uno de ellos aporta a los gastos de la casa, pero es en efectivo, sino con los vales de despensa que le dan en su trabajo, lo que es de ayuda en algunos gastos.
Añade que quien gana más en su familia es su cónyuge, con un salario mensual de cinco mil pesos, mientras que el de él es de tres mil 800 pesos. Sus hijos tienen un salario similar al de su madre, pero los gastos corren por cuenta de Antonio y Teresa.
Las realidades de los adultos jóvenes es muy diferente a la de una pareja de mediana edad, quienes tienen que solventar aún la manutención de sus hijos adultos que viven con ellos.