Las actividades físicas, gimnasia, fisioterapia y recreativas ayudan a conservar la reacción motora de pacientes con mal de Parkinson, que en Querétaro afecta a 15 de cada 100 mil habitantes.
En el marco del Día Mundial del Parkinson, que se celebra el 11 de abril de cada año, la Secretaría de Salud estatal señaló que esa enfermedad está presente en todo el mundo.
“El mal de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo y crónico, que lleva a una incapacidad gradual, alterando la movilidad cognitiva, la expresión, la función de autonomía, etcétera, deteriorando la calidad de vida de quien lo padece”, señaló la dependencia.
Destacó que “el Parkinson afecta a ambos géneros por igual, suele comenzar entre los 50 y 65 años de edad, aunque a partir de la sexta década de la vida, es cuando se presenta el mayor número de casos”.
Señaló que algunos de los síntomas que presentan las personas con este padecimiento son temblor en reposo, rigidez muscular, lentitud de movimientos voluntarios e involuntarios, disminución o pérdida de los reflejos posturales, alteración de la motricidad, hipofonía (baja en el volumen de la voz) y sialorrea (producción excesiva de saliva), entre otros.
La dependencia detalló que la enfermedad tiene un curso crónico y progresivo, el manejo puede ser diferente, según la etapa en que se encuentra el paciente, y el tratamiento debe ser continuo y consiste en la administración de medicamentos específicos y la rehabilitación física.
“La actividad física, la gimnasia, la fisioterapia, actividades recreativas como natación y caminata, ayudan a conservar la actividad motora, a mejorar la postura, la marcha y a evitar la inmovilidad y la dependencia”, enfatizó.
La Secretaría de Salud destacó que es importante que el enfermo tome los fármacos bajo las indicaciones de un médico y no lo suspenda, para que esto contribuya a incrementar la calidad de la vida de la población con Parkinson.
José Luis Bañales Vázquez, neurólogo adscrito al Hospital General Regional 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Querétaro, dijo a su vez que el Parkinson es una enfermedad incapacitante que requiere un tratamiento sintomático, enfocado principalmente en disminuir y mejorar la calidad de los movimientos.
“Pese a que los fármacos no limitan el daño ni lo previenen, el paciente puede llevar una vida muy cercana a la normal, siempre y cuando exista un estricto apego al mismo”, aseveró.
El médico invitó a la población a conocer más sobre esta enfermedad que afecta a 15 personas de cada 100 mil habitantes.
“Este padecimiento está asociado a la falta de producción de dopamina, un neurotransmisor que está relacionado con la función motora del organismo; la pérdida gradual de esta sustancia química puede darse muchos años antes de que se presenten las primeras manifestaciones, esto es indicio de que dejó de producirse tiempo atrás”, advirtió.
Al ser una enfermedad crónica y degenerativa, abundó, el mal de Parkinson afecta la calidad de vida de las personas que la padecen, volviéndose incapacitante en etapas avanzadas, pues limita la capacidad del paciente de llevar a cabo sus actividades cotidianas debido al exceso de rigidez o bien del movimiento involuntario de su cuerpo.
“Con el paso de los años va a limitar a la persona en su vida, desde el punto de vista motor como desde el punto de vista intelectual, porque muchas veces el Parkinson se asocia con procesos de demencia”, mencionó el neurólogo José Luis Bañales.
Finalmente, el especialista recalcó que es necesario hacer conciencia de la enfermedad, así como de la importancia del tratamiento, con el cual se puede mejorar la calidad de vida de los pacientes a nivel físico y emocional, por mucho más tiempo.