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La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Campus Juriquilla desarrolló un modelo experimental para identificar patologías en glándulas mamarias que permitiría detectar desde edades tempranas el desarrollo de cáncer de mama.
El nuevo modelo, que utiliza un sistema de impedancia superficial, podría ser una prueba alternativa y complementaria a la mastografía y el ultrasonido.
El proyecto, que obtuvo el primer lugar en la categoría de Tecnologías y Ciencias de la Salud en la ExpoCiencias Bajío 2016, está asesorado por el responsable del área de Termografía de Glándulas Mamarias del Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (CFATA) de la UNAM, Ángel Luis Rodríguez Morales.
El procedimiento se puede utilizar en pacientes de todas las edades que presenten síntomas de alguna patología o con una carga genética identificada, indicó la investigadora residente del CFTA, María del Rosario Huerta Urquiza, en entrevista con la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
El sistema de impedancia superficial de este nuevo proceso consiste en un flujo de corriente alterna a diferentes frecuencias que analiza la conductividad eléctrica en el seno.
“En este sistema de impedancia se utiliza un osciloscopio; colocamos electrodos de manera superficial en algunas partes del cuerpo y hacemos un barrido de frecuencias, que van de 100 hertz (Hz) a 24 megahertz (MHz); dependiendo de lo que se va encontrando se realiza un análisis de datos”, dijo.
La científica adscrita a la UNAM, campus Juriquilla, en Querétaro, destacó que este estudio no es invasivo ni genera molestias.
Huerta comentó que al no existir valores de impedancia establecidos para toda la población porque intervienen diferentes factores ambientales o dietéticos, lo que se realiza en el estudio es un modelo de autorreferencia.
En éste se miden los valores del músculo femoral largo —donde se analiza el tejido muscular y adiposo del seno—, así como la región del mesogastrio, hipocondrio derecho y la mama.
La investigadora mencionó que dependiendo la tendencia que tenga la gráfica de impedancia tras la medición se puede diferenciar una patología maligna, como el cáncer, o una benigna, como la mastopatía fibroquística.
Este estudio no tiene restricción de edad, por lo que puede hacerse a partir de los 13 años, pues a diferencia de la mastografía o el ultrasonido, los parámetros de medición se enfocan en la actividad celular a través de la impedancia y no en la densidad de las glándulas mamarias, apuntó.
Las pacientes que son más jóvenes y que presentan síntomas de alguna patología maligna o que tienen una carga genética importante es difícil realizarles un ultrasonido, pues la densidad de la glándula mamaria no permite identificar el tejido sano y diferenciarlo del patológico, señaló Huerta.
“Por eso, trabajamos en técnicas complementarias que ayuden al diagnóstico oportuno”, dijo.