Alumnas de Ingeniería en Biotecnología de la Facultad de Química de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) desarrollaron una golosina saludable derivada de la cáscara de naranja, que es benéfica para la salud debido a que está elaborada con productos naturales, sin conservadores ni aditivos artificiales.
Mariana Vázquez Narváez, responsable del proyecto, que cuenta con financiamiento del Fondo de Proyectos Especiales de Rectoría (FOPER), dijo que la cáscara de naranja es desechada en la industria mexicana; sin embargo, en este proyecto reutilizan varios de sus componentes, tal es el caso de la pectina y aceites esenciales, por medio de lo cual se obtiene un producto útil y económico.
Para esta tarea, el equipo universitario recolecta los desechos de la fruta en las cafeterías de la máxima casa de estudios de la entidad.
“Se propone el aprovechamiento de la cáscara de naranja generada por parte de negocios, tales como cafeterías tanto de la Universidad como del municipio o incluso empresas jugueras, para la extracción de pectina y aceites esenciales a gran escala; así se logra la elaboración de un producto natural, al mismo tiempo que se contribuye a la reducción de desechos orgánicos”, manifestó la estudiante.
Las universitarias que trabajan en esta iniciativa son Claudia Fuentes Ajungo, Viviana Luna Rangel y Silvia Gabriela Rangel Duarte, todas cursan la Ingeniería en Biotecnología en la Facultad de Química.
Claudia Fuentes Ajungo explicó que a los alumnos y profesores de la institución les gusta consumir golosinas de marcas comerciales, pero resaltó que este tipo de productos contienen aditivos como conservadores y saborizantes artificiales.
Por su parte, Mariana Vázquez destacó que, en comparación con los productos que ya existen en el mercado, “los universitarios pueden estar seguros que nuestro producto contiene ingredientes naturales; pues otras gomitas utilizan grenetina, que es de origen animal, y en este caso nuestro gelificante es de origen vegetal”.
La segunda fase del proyecto consiste en estandarizar todas las técnicas, someter la golosina a pruebas de estabilidad, vida de anaquel, inocuidad y mercadotecnia, así como generar una etiqueta para que se convierta en un producto comercializable a nivel local, destacaron.
Viviana Luna explicó que el proceso inicia con la recolección y limpieza de la cáscara de naranja de la cafetería de la Facultad de Química; después se utiliza un horno de convención para secarla, se muele y tritura; el polvo resultante es utilizado para la extracción de pectina, la cual se deja reposar y se le aplica un lavado de etanol para eliminar residuos de acidez, finalmente se dejar secar a temperatura ambiente.
“Este proyecto nos aportó mucha experiencia en el área de investigación y nos ayudó a desarrollar ciertas capacidades, aprendimos a indagar más, también nos brindó el impulso de no quedarse con lo que tenemos”, enfatizó Luna Rangel.