A la par que las iglesias dejan de ser visitadas, los puntos de diversión para turistas y queretanos se van llenando, inclusive los comercios que por obligación religiosa fueron olvidados en días pasados ya recobran vida.
En las carnicerías, salchichonerías y puestos de comida ya se nota un rostro diferente de los locatarios, el vendedor atiende al “güero o la güera” de manera atenta y le ofrece “puro producto de calidad”. Ya se olvidó la cuaresma.
Como lo manda el catolicismo durante el pasado viernes no se debía comer carne, sin embargo, hay quienes viven de este producto, ellos tenían un rostro de aburrimiento en los pocos locales que se aventuraron a abrir, sin embargo, esto quedo atrás a partir de este sábado. Tal es el caso del mercado de La Cruz, en donde los clientes dejaron el menú de mariscos.
Por tratarse de un sábado de vacaciones, el mercado no luce abarrotado como los domingos de las semanas normales, sin embargo, ya se escuchan las voces de los comerciantes llamando a sus clientes, “pásele por acá”, “cuánto le ponemos”, entre otras frases que le dan vida propia a los tradicionales espacios de venta en la capital queretana.
Pareciera que un día sin venta en estos locales cambió el carácter de los encargados, pues esta vez le demuestran al vendedor cómo cortan la carne, le dan la atención requerida a todas las peticiones que los compradores tienen y hacen lo más posible para concretar la venta.
Aunque la bolsa ya parece pesada y la cuenta elevada, el comerciante debe preguntar “¿nada más?” y ofrece la gran variedad de productos que aún quedaron pendientes “¿qué más le pongo?” exclama con el tono de voz más convincente que tiene para intentar que la señora se lleve más carne, la necesite, o no.
La venta de tacos de carnitas y chicharrón también se volvió a activar, el olor característico atrae a los compradores hambrientos, aunque al observar la vitrina que mantiene protegida la carne se puede observar que se preparó poco producto, pues el vendedor aún estaba preocupado de que si se volvía a preferir el filete de pescado sus mercancía se podía quedar y hasta echar a perder por el calor, si no se toman las precauciones necesarias.
Aquí también se hace el llamado constante para que los compradores, que aún son pocos, se sienten a comer “vengan a echarse un taco”, grita el cocinero quien asegura que su comida “está bien rica”. Son cerca de las dos de la tarde y no ha vendido todo lo que preparó, por lo que redobla los esfuerzos, “ya hace hambre, véngase por acá” le dice a todos los que pasan, para intentar convencerlos.
En las salchichonerías, se dicen menos afectados por la Semana Santa, pues además de que venden productos lácteos pueden refrigerar por más tiempo los embutidos, pero muestran empatía con sus compañeros de las carnicerías. De igual manera se dicen contentos de que los clientes ya regresaron, pues cuando no se come carne bajan las ventas.
Una vez más los comerciantes salieron avante del día oficial sin comer carne, para la mayoría de las personas religiosas, sin embargo, aún faltan algunos días más de vacaciones en los que la gente no se encuentra en la ciudad, ellos deben estar pendientes de las ventas y no pueden salir a disfrutar de los días de asueto, así que únicamente les resta esperar para ver quién acude al mercado.