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Decenas de niños provocan que el paseo sabatino se detenga. Otros días, los padres de familia se rehusarían para cumplir el deseo infantil de los pequeños de mojarse en la fuente que brota del piso y continuarían su camino. Pero al ser Sábado de Gloria de la Semana Santa de este año, la decisión cambia y los padres permiten que sus hijos se empapen y pasen algún tiempo jugando con el agua.
La explanada del Templo de La Cruz es el sitio perfecto elegido, visita obligada de cientos de familias que aprovechan el día para pasear por las calles del Centro Histórico. El atractivo para los niños es al centro del lugar donde se ubica una fuente a nivel de piso en la que se refrescan los pequeños sin reparo por el ambiente sumamente caluroso.
De forma circular la instalación y con una veintena de salidas de agua, la fuente permite que la diversión alcance para todos.
Pequeños de todas las edades jalan del brazo a sus padres para detener su caminar. Algunos lo hacen por algunos minutos, otros optan por dejar que los niños pasen poco más de una hora frente a los expulsores de agua.
Tras conmemorar el día anterior la muerte de Cristo en la cruz, durante el Sábado de Gloria se aguarda el momento de la resurrección de Jesucristo y es un día de luto para los creyentes, sin embargo, para los pequeñines el plano religioso pasa a segundo termino y aprovechan para divertirse durante el paseo dentro de los incesantes chorros de agua.
De acuerdo con la tradición, en el pasado se consideraba un pecado bañarse durante la Semana Santa por lo que el Sábado de Gloria era el día en que podía usarse agua en el cuerpo para limpiarlo y purificarlo. Pero ésta es una de las diversas explicaciones, pues también se encuentra relacionado con que este día era oportunidad para realizar bautizos colectivos.
Mientras tanto, los niños tratan de manipular emocionados el líquido. Unos tapan las salidas de agua con partes de su cuerpo, otros incluso se acuestan para que el chorro caiga sobre ellos. Sonrisas por doquier. Pequeños corren por toda la fuente, sin importar que traen su ropa puesta y empapada. Algunos padres optan por quitarles tenis, pantalones y playeras para que los niños disfruten el remojo sin contratiempos.
De igual forma hay papás que prevén y cargan mudas de ropa consigo para seguir con su paseo sabatino tras el chapuzón en la fuente que fue inaugurada en 2014 y desde ese momento se ha convertido en una de las plazas consentidas para los infantes. La espera de los papás se da alrededor de la fuente, quienes permanecen sentados bajo las sombras de los árboles que detienen los intensos rayos del sol. Los puestos de comida, antojitos y artesanías sirven como distractores de los adultos para aligerar la espera por sus hijos.
Otros paseantes en la capital queretana optaron por visitar la Alameda Hidalgo, otro sitio del Centro Histórico que cuenta con una gran fuente a nivel de piso que sirvió para que cientos de niños disfrutaran el Sábado de Gloria.
Sin restricciones los pequeños podían entrar a los chorros de agua, por lo que fue uno de los lugares donde más gente pasó parte de su día. Mientras los niños se mojaban, los padres se instalaron en las jardineras o en algunas de las bancas. Otros se acercaban a los niños para tomarse fotos y disfrutar el fin de semana dentro del periodo vacacional aunque salían un tanto salpicados.
Un lugar que durante todo el día de ayer mantuvo un flujo constante de familias enteras, entre vacacionistas y queretanos que no salieron de la entidad, pues además del remojo se podía disfrutar de los juegos y de un pic nic para complementar la jornada recreativa.
Familias que deciden concientizar sobre el desperdicio del agua y aprovechar las instalaciones que la capital ofrece para que los niños, sobre todo, disfruten de un buen chapuzón dentro del Sábado de Gloria.