Sociedad

Muestran diversidad de cultura y tradición

Se lleva a cabo el Festival de las Comunidades Extranjeras

Foto: Demian Chávez
17/03/2018 |04:25
Domingo Valdez
ReporteroVer perfil

Banderas, trajes típicos, atuendos multicolores y multiculturales, diferentes razas, credos, ideologías, todos juntos en el estadio Corregidora, en el Onceavo Festival de las Comunidades Extranjeras, que se celebra del 16 al 19 de marzo, en uno de los eventos más emblemáticos y esperados por los queretanos.

Los diferentes domos del festival se dividen por continentes, rompiendo brechas y enemistades diplomáticas que pudieran existir en la política, pero que al ciudadano de a pie poco o nada importan. El stand de Rusia está a unos metros del de Inglaterra. Actualmente, ambos países tienen diferencias diplomáticas por el caso del ex espía ruso muerto en Reino Unido y que mantiene las relaciones de ambas naciones en su peor momento desde la Guerra Fría.

En el local de Reino Unido no puede faltar la música de los Beatles y un imitador de John Lennon, quien con lentes redondos y guitarra en mano, interpreta canciones del cuarteto de Liverpool.

Los stands que por tradición son los más visitados por los paseantes son los de Irlanda y Alemania. Los irlandeses con sus bailes, su música, alegría, hospitalidad y cerveza, atraen a propios y extraños, quienes aprovechan para tomarse la foto con The Irish y su atuendo verde en honor a San Patricio.

Los alemanes con su cerveza, sus salchichas y sus mujeres y hombres rubios, llaman también la atención. Se forman filas para comprar una cerveza o unas salchichas, se observa lo metódico y práctico de los germanos, virtudes que los han llevado a ser de los países líderes del mundo.

En América el stand de Estados Unidos, como siempre, es de los más visitados, pese a la poca simpatía que genera su presidente Donald Trump en el mundo, y más en México, donde la idea del muro fronterizo hace que a más de uno le hierva la sangre en las venas a ambos lados de la frontera. Pero aquí en Querétaro, no. Aquí los “gringos” son amigos, vecinos que se solidarizan en los momentos de desgracia, que sonríen, que no tienen la culpa de las políticas de sus dirigentes.

No puede faltar el sabor de los países latinoamericanos. La música antillana, la comida colombiana, la alegría venezolana, la simpatía chilena, la cordialidad argentina, el folclor centroamericano, todo se conjuga para demostrar la riqueza y diversidad cultural.

Los domos de África y Asia son los más vistosos. Sus pueblos ancestrales, culturas milenarias, ropas, joyas, comida, se muestran cercanos. Perfumes y vaporizadores de medio oriente, ropa de seda, juegos de té elaborados delicadamente, llaman la atención de los visitantes. Las mujeres no pueden dejar pasar la oportunidad de que las escriban su nombre en árabe en el brazo con pintura de henna por sólo 10 pesos.

A manera de homenaje a las culturas de medio oriente, donde se dice nació la humanidad como civilización, pues hasta ahora se considera que Sumeria es la civilización más antigua, con más de siete mil años, asentada entre los ríos Tigris y Éufrates, en el actual Irak, previo al acto protocolario, se escucha la música y bailes de esa región.

No pueden faltar los pueblos de Asia, con sus tradiciones, comida y artesanías de gran estima entre la gente de occidente. China y Japón, sus naciones más importantes y desarrolladas, y también tan diferentes, pues mientras la primera se caracteriza por su pasado milenario, la segunda es conocida más por sus avances tecnológicos.

África, cuna de la humanidad como especie, con sus pueblos ancestrales, geografía y fauna, despiertan la curiosidad. Países como Libia y Egipto, en el norte del continente, en el desierto de Sahara, son de los más conocidos. Las pirámides, la cultura egipcia y la llamada Primavera Árabe, en 2010, son lo más reconocido, pero también su comida, su café, su religión, su amabilidad y hospitalidad.

El mundo cabe en el Corregidora, donde por unos días se puede conocer desde Chile y sus tradición vitivinícola, hasta la lejana Ucrania, en Europa Oriental. Una oportunidad de platicar y aprender un poco más de los nuevos queretanos que vuelven a esta ciudad una urbe cosmopolita, que la enriquecen con sus formas de ver el mundo y que contribuyen con su desarrollo.