El rumor se corrió rápido. La capilla de la comunidad La Noria en el municipio de Huimilpan se convirtió, desde hace un par de días en adelante, en una atracción especial para los creyentes católicos.
Fue después del Viacrucis del Viernes Santo cuando comenzaron a circular mensajes sobre la figura de la Virgen de Dolores de aquella comunidad, la cual indican, entró en llanto luego de acompañar a los feligreses en su representación del camino de Jesucristo rumbo al Calvario, que tuvo lugar en las calles alrededor del santuario.
Esos mensajes contenían algunas imágenes que tomaron quienes atestiguaron el momento donde se observa el rostro de la efigie religiosa —figura de alrededor de un metro de tamaño— que emana un líquido cristalino de sus ojos.
Sin embargo, tras la celebración de la vigilia previa a la resurrección de Jesús, la noche del Sábado Santo, la capilla de la comunidad permanecía cerrada, sorpresiva situación para los creyentes que comenzaron a llegar al lugar, algunos con ramos de flores en las manos.
“La prima de mi esposa es una de las encargadas de la capilla, ella fue la que nos envió las fotos”, contó un padre de familia que no reveló su nombre, quien unos minutos antes había estacionado su automóvil y descendido con su esposa e hijos con un arreglo floral de crisantemos blancos como ofrenda para La Dolorosa.
El joven contó que llegaron desde la capital queretana y que se enteraron del llanto de La Dolorosa el Sábado de Gloria. La prima de su esposa les contó que después de realizar la representación del recorrido por las 14 estaciones del Viacrucis de Jesucristo fue cuando se dieron cuenta que había lágrimas en la imagen.
“Nuestra familia es muy religiosa y cuando nos enteramos quisimos venir lo más pronto posible, nuestros familiares viven en esta comunidad y fue como nos enteramos”, platicó al tiempo de mostrar las fotos de su teléfono celular con varias fotos del rostro de la virgen en llanto. Aseguró que lo que más les sorprendió y llamó su atención fue que el fenómeno se haya presentado en la Semana Mayor.
Al mediodía arribaron a la capilla, ubicada en la calle Tequisquiapan esquina con Cadereyta, más personas. Dos señoras también cargan sus ramos de flores, quienes eran originarias de otra comunidad cercana, Arroyo Hondo. Ellas se enteraron por conocidos que habían escuchado sobre el hecho. Las pláticas comenzaron a fluir en torno a lo que llaman un milagro y que querían atestiguar con sus propios ojos.
Mientras los niños jugaban en la pequeña plazuela que está fuera de la capilla, el joven padre de familia y su esposa comentaron que ya habían hablado con la encargada quien quedó en enviar a alguien con las llaves para abrir la capilla. Avisaron a los demás y esperaron emocionados.
No obstante, la expectativa se apaga minutos después. Con un mensaje la encargada avisa que será hasta las 5 de la tarde que abrirán el santuario para que a las 6 en punto se celebre la misa del Domingo de Resurrección, una orden que envió el párroco de la capilla, quien oficialmente también es el padre de la comunidad cercana, Lagunillas.
La decena de personas que aguardaba en ese momento, no tuvo más que alargar su espera, no sin antes compartirse las fotos de La Dolorosa para calmar momentáneamente las ganas de verla. Todos abandonaron el lugar y comentaron que regresarían después. Abordaron sus automóviles y tomaron camino.
Los habitantes consideran el hecho como un mensaje para refrendar su fe. Durante el recorrido de esta casa editorial por la comunidad, una señora de la tercera edad, la primera que dio referencia sobre el fenómeno, que necesita todo un proceso de investigación para considerarse como milagro por parte de la Diócesis queretana, reconoció que el rumor se corrió rápido.
“Eso fue desde el viernes y rápido se corrió la voz, a mí no me ha tocado verla pero sí esto pasa yo creo que es por nuestros pecados”, comentó.
La celebración eucarística por la Resurrección de Cristo en La Noria tuvo ayer un atractivo adicional para sus habitantes.
Desde las 5 de la tarde la capilla abrió sus puertas para recibir a los creyentes que buscan atestiguar el llanto de La Dolorosa, pues aunque sepan que se necesita todo un trámite e investigación por parte de la Iglesia, para ellos es un momento especial con el que confirman su fe.