Las muertes por influenza van en aumento en el estado. En la última semana cuatro personas perdieron la vida como consecuencia del virus, indica el reporte —de la semana siete— de la Dirección de Epidemiología, de la Secretaría de Salud federal.

De la semana seis a la siete (en el corte del 16 de febrero) los casos sospechosos pasaron de 674 a 877; los casos positivos a influenza, de 112 a 168, y los decesos de ocho a 12; con esta cifra se mantiene como la segunda entidad en el país con el mayor número de muertes, mientras que Nuevo León registra 49 fallecimientos.

En el país, durante la temporada de influenza 2016-2017 —que comenzó a medirse en la semana 40 del año anterior— ya son 131 decesos, de los cuales Querétaro registra 9.2%.

“Durante la temporada 2016-2017 los estados con mayor número de defunciones por influenza son: Nuevo León, Querétaro, Coahuila, Hidalgo y Tabasco, que en conjunto suman 62.6% de las defunciones por influenza”, expone el documento.

En total, a lo largo de la República se han confirmado mil 628 casos positivos a influenza: 956 de A(H1N1), 320 de B, 181 de A(H3N2) y 171 de influenza A; de las 131 defunciones: 92 se dieron como consecuencia de la influenza tipo A(H1N1), 19 de influenza A, 17 de B y 3 de A(H3N2).

En la misma semana del año anterior, en la entidad se habían presentado 868 casos sospechosos de influenza, con 62 casos confirmados y ninguna muerte.

Además se superan las estadísticas de la temporada pasada, pues entre el 4 de octubre de 2015 y el 19 de mayo de 2016, se presentaron 264 casos confirmados de influenza con 11 fallecimientos; la primera muerte se registró en la semana ocho de 2016.

“Los grupos etarios con mayor números de casos con influenza son: el de uno a nueve años, seguido del de 60 y más, y el de 40 a 49 años”.

En el estado se mantiene la campaña de vacunación que ya supera 80% de aplicación; de acuerdo con la Secretaría de Salud de Querétaro, en las víctimas coincidió que no estaban vacunadas además de tener enfermedades crónico-degenerativas que complican la lucha del organismo contra el virus de influenza.

La prioridad es la inocular a los grupos de personas que son más vulnerables, como pacientes con diabetes, hipertensión, VIH/Sida u obesidad, además de adultos mayores de 60 años y niños menores de cinco años de edad.

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