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Catherine Cornejo y Osiris Fernández tienen grandes expectativas para el siguiente ciclo escolar. Por primera vez viajarán al extranjero, y lo harán para cursar un año de estudios en Francia, los dos estudiantes de la Universidad Tecnológica de Querétaro (UTEQ) forman parte de un grupo de 21 alumnos que han sido seleccionados para participar en el programa de becas Mexprotec, en el cual concursan 90 universidades tecnológicas de México.
Como parte de este programa 200 estudiantes, de diferentes partes del país, realizan una movilidad estudiantil a Francia durante un año, obteniendo una licencia profesional adicional a su grado académico de técnicos superiores universitarios.
Catherine y Osiris se prepararon durante un año para ingresar al programa. Ella es estudiante de recursos humanos y él de nanotecnología, ambos cursan el sexto cuatrimestre, con promedios de 9.28 y 9.14, respectivamente.
A Catherine le gusta la lectura y se define como una persona tranquila. Gran parte de sus actividades extraescolares las realiza en su casa. “Cuando salgo me gusta ir al cine con mis amigos o a comer. Me gustan las actividades muy tranquilas”, dice.
Nacida en el estado de Hidalgo, se mudó a Querétaro hace tres años para estudiar la universidad. Buscó ingresar a la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) atraída por la carrera de negocios internacionales, pero no tuvo la oportunidad. Personas que habían estudiado dentro de la UTEQ le recomendaron la institución educativa.
Osiris se considera una persona atrevida. Prefiere buscar las cosas por sí solo y es muy activo. Le gustan el teatro y el rock, particularmente Héroes del silencio y Led Zeppelin.
Originario de la Ciudad de México, desde hace ocho años vive en Querétaro. Al salir de la preparatoria pensó en una carrera apegada a las ciencias naturales (tal vez biología, química o física), pero su hermana, egresada de la UTEQ, le habló sobre una carrera nueva de nanotecnología. Buscó el plan de estudios, se informó al respecto y decidió inscribirse en la universidad.
Los dos jóvenes de 19 y 20 años se conocieron mientras buscaban ingresar al programa Mexprotec.
Apuesta ambiciosa
El rector de la UTEQ, Juan Carlos Arredondo Velázquez, se refiere al programa Mexprotec como el proyecto más grande de vinculación internacional que se tiene en la Coordinación General de Universidades Tecnológicas y Politécnicas.
Recientemente el gobierno de México aportó 77 millones de pesos para la administración de este programa, el cual es coordinado, a nivel nacional, por la UTEQ.
La aportación que hace el gobierno francés a este es en especie, debe convencer a universidades de ese país de recibir a estudiantes mexicanos y entrenarlos sin cobrarles ningún tipo de colegiatura o material.
La estancia en Francia es por un año y en palabras de Arredondo “es una actividad que transforma la vida de los estudiantes de educación superior”.
Catherine Cornejo supo del programa Mexprotec desde antes de ingresar a la UTEQ. No obstante, no fue sino hasta el tercer cuatrimestre de su carrera cuando un grupo de académicos comenzaron a prepararla para que pudiese participar en éste.
Tanto Catherine como Osiris debieron cumplir, de inicio, con cierto promedio. Luego hicieron un examen que ambos aprobaron, fue el primer filtro. Las clases de preparación comenzaron en mayo de 2016. Entre agosto y septiembre hubo una segunda prueba, en la que se mantuvieron la totalidad de los alumnos interesados en ingresar al programa, quienes debían acudir a clases de francés de lunes a viernes, de 3 a 6 de la tarde.
Osiris relata que en diciembre llegó el segundo filtro. “El de francés fue el que sacó a gran parte del grupo, pasando eso empezó lo bueno, la preparación para una certificación que nos dan de francés. Si la pasas te vas a la última prueba, que es una entrevista. A esa certificación llegamos 32 personas, de las cuales pasaron 31”, comenta.
En la última prueba, realizada en la UTEQ, evaluaron la forma en que los estudiantes se desenvuelven y cómo enfrentan los problemas de su carrera.
“Primero debes hacer un examen escrito sobre la carrera, pero en francés. Lo resuelves y pasas después a la entrevista. En mi caso hubieron dos mexicanos y un francés. Luego te hacen algunas preguntas sobre por qué quieres ir a Francia y qué es lo que vas a hacer cuando regreses, tanto como proyecto de vida como un plan académico. Te evalúan dependiendo cómo te desenvuelvas”, relata el chico.
La noticia
“Nos habían dicho que el 21 de junio estaban listos los resultados”, recuerda Osiris. El 20 por la noche el joven trabajaba en su computadora, dieron las 12, echó un vistazo a las dos plataformas para revisar los resultados. Nada aún. El 21 los citaron en la escuela a la 1 de la tarde. Estuvieron un rato pero no estaban los resultados. Tal vez a las 5 de la tarde, dicen.
“Si te ibas sería una gran sorpresa”, dice. Acudió a su trabajo, donde le dieron las 5 de la tarde, revisó y nada. Dijeron que a las 6. Llegó a su casa, checó la computadora alrededor de las 5.50 y en una de las plataformas decía “aceptado”. No confió en los resultados hasta consultar la otra página.
“En esa plataforma son sólo folios. Si aparece te quedas, y justo a las 6 de la tarde se activó. Entré, vi mi folio, lo chequé como cinco veces y llegó la felicidad. Corrí con mi mamá”, narra.
Catherine procuró tener paz y esperar hasta que estuviera el resultado. A las 6 de la tarde, cuando vio que fue aceptada, entró en shock.
“No lo podía creer pero eso me hizo sentir muy dichosa porque yo más que nadie sé cuánto me costó obtener esta beca. Me di cuenta que los esfuerzos valen la pena. Este año no fue en vano, me siento muy orgullosa de ser una de los 200 becados en el país”, dice.
La estudiante sabe que este logro conlleva una nueva responsabilidad. “Sé que tienes que esforzarte para aprobar la licencia y por ser un buen embajador de tu país en Francia”, afirma.
Expectativas
Catherine y Osiris están dispuestos a darlo todo. Ella confía en que viajar a otro país le abrirá muchas puertas y él imagina que regresarán con otra mentalidad. Ambos viven aún con sus padres y el ser independientes les genera ilusión e incertidumbre.
“Te pasa por la mente ¿Si me pierdo?, ¿Si tomo el autobús y me paso de la parada? No conocemos a las personas allá. Es otro país. Otra cosa en la que pienso es que aunque ya contamos con cierto nivel de francés, siempre tienes el miedo de ¿si no me entienden los nativos y mi pronunciación no es buena?”, plantea Catherine.
Osiris, por su parte, reconoce que tiene un poco de inseguridad. “Tengo cierto temor de llegar a la ciudad y no saber qué hacer, qué tren tomar o por qué entrada ir. Miedo a irme no tengo. Siento que estamos aquí para arriesgarnos, y los 21 alumnos que quedamos nos arriesgamos. Ahora a echarle ganas, a tener confianza en nosotros mismos”.
Catherine y Osiris volarán a Francia el próximo 27 de julio. El primer mes llegarán a un centro lingüístico para reforzar sus clases de francés, y después partirán a sus respectivas ciudades.
Osiris va al centro de Francia; mientras que y Catherine vivirá en Niza. Ambos contarán con asesores que los guiarán en el proceso de inscripción, en la búsqueda de un lugar donde vivir y en las cuestiones que surjan durante su estadía en la República Francesa.
“Me imagino un mundo lleno de oportunidades y de crecimiento personal y cultural. Francia es un país desarrollado como con una amplia cultura. Lo que yo espero es obtener mucho crecimiento con base de todo lo que voy a vivir ahí”, dice Catherine.
“Esta beca me va a abrir una puerta pero quiero buscar algo que allá me dé más oportunidades. Espero crecer como persona y crecer en el ámbito laboral. Francia es uno de los países más desarrollados en materiales a nivel mundial”, resalta, por su parte, Osiris.
El proyecto profesional de Catherine plantea la puesta en marcha de una consultoría para pequeñas y medianas empresas, dentro de la ciudad de Querétaro. A su regreso, Osiris planea buscar trabajo en alguna empresa cuyo giro sea en recubrimientos, innovación y desarrollo de materiales.