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Las personas de bajos ingresos en México, como artesanos, comerciantes, agentes de ventas, choferes, campesinos, pescadores, encuestadores y hasta desempleados, entre otros, fueron el mayor número de víctimas de homicidio doloso en 2017, año más violento del país, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Durante ese año se reportaron 31 mil 174 homicidios en México, esto es, 25 casos por cada 100 mil habitantes a nivel nacional, tasa que es superior a la registrada en 2016, cuando fue de 20 homicidios por cada 100 mil habitantes.
En el desglose de las cifras por ocupación por el número de asesinatos se observa que las personas ultimadas, blanco de la delincuencia, en su mayoría provenían de los sectores de bajos ingresos. Por actividad, 4 mil 565 casos fueron de desempleados; 4 mil 81, de artesanos; 3 mil 462 eran comerciantes, empleados y agentes de ventas; 2 mil 863 realizaban actividades agrícolas, ganaderas, forestales, de caza y pesca, y 2 mil 437 eran operadores de maquinaria industrial, ensambladores y conductores de transporte, entre otros oficios.
EL UNIVERSAL muestra algunas de las muchas historias ocurridas en México en las que las familias terminaron enlutadas por causa de una muerte dolosa.
bft