L os graduados lucían contentos, satisfechos de haber concluido su educación. El objetivo es claro: ser mejores personas y mejores payasos, pues en esta graduación todos se dedican a hacer reír a la gente.
Todo estaba dispuesto para la ocasión. El salón rentado en un hotel de la capital, y el desayuno que se ofrecería a los invitados especiales, que poco a poco llegaban al lugar.
Ellos con trajes formales y corbata, ellas con elegantes vestidos que resaltaban su belleza sin importar la talla. Se veían elegantes y muy propias para la graduación de los payasos pertenecientes al Colectivo de Payasos, Arte y Cultura Urbana del Estado de Querétaro.
Los cabellos multicolores, dorados, morados, daban colorido al evento, al que asistieron representantes del municipio de Querétaro, del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) y del despacho Téllez Noriega y Asociados, quien apoyó a los payasos que quisieron terminar sus educación básica.
Marcelo Serrano Morales, o el payaso Marcelo Miserias Pelostristes, representante del colectivo de payasos, explica que fueron 10 los artistas que recibieron el certificado de primaria y secundaria.
“El objetivo es que cada uno de nosotros lograra terminar la carrera universitaria, ya sea en artes escénicas o algún otro tipo, dependiendo de lo que quiera cada uno de ellos. El colectivo tiene actualmente 21 integrantes, entre adultos y niños. Tenemos integrados tres niños, que todavía están estudiando de manera normal, pero en los adultos tenemos algunos rezagos”, asevera.
Explica que las circunstancias de vida de cada uno de los payasos explica el rezago en su educación. En su caso, dice, fue por haber dejado su casa siendo muy joven, dedicándose a aprender de manera empírica el arte de arrancar sonrisas.
Señala que uno de los objetivos que tienen como colectivo es crear una carrera a quienes ya están formados como payasos desde hace mucho tiempo, acreditar sus conocimientos como artistas, pues sólo en el estado de Puebla existe una universidad que valida este oficio e imparte una licenciatura.
Entre aplausos de familiares y amigos, cada uno pasa por su certificado. Posan para la foto haciendo muecas y gestos graciosos que arrancan las risas de los presentes, quienes ya deberían estar acostumbrados a las “payasadas”, pero que no pueden dejar de sonreír con las ocurrencias de sus compañeros.
“Pon la televisión, mamá, que están grabando”, dice uno, lo que provoca risas y aplausos de la concurrencia, que ve el evento como algo festivo, único, un gran paso para quienes buscan superarse sin importar la edad o la profesión.