O tra vez están las calderas en Querétaro, pero ya no son “novedad”, debido a que la concentración de personas es menor que la primera vez.

La curiosidad y el asombro llegaron con la primera vez (en marzo pasado) y ahora, sólo las buscan aquellos que no tuvieron la suerte de verlas.

Desde el lunes, cuatro estructuras: dos tanques de coque y dos torres fraccionadores (de menor tamaño); su movimiento se realiza por las noches para evitar el ahogo de la circulación. Este martes descansaron en la comunidad de Pintillo, en la delegación de Santa Rosa Jáuregui.

En el sitio cerca de 40 trabajadores de la empresa Pesado Transport, las altas temperaturas de la primavera queretana, aunado a que muchos habitantes de la zona ya las vieron, la primera vez, alejan a los curiosos.

Cuatro vendedores con su carretilla: dulces, cacahuates, fruta de temporada y otros bocadillos para alimentar el espíritu comelón del mexicano. Son jóvenes que llegan todos los días desde Pedro Escobedo a hacer su vendimia. Asisten a todos los “grandes eventos”, en donde saben que habrá gran concentración de personas para ofrecer sus productos.

Esta vez no hay tanta suerte, ya son las 4 de la tarde y apenas se asoman por el sitio algunas personas que van pasado por el lugar; en sus coches, se detienen a la orilla del camino para tomarse una ‘selfie’ o directamente retratar los tanques.

Las estructuras que pesan más de 500 toneladas y superan los 13 metros de altura, así de imponentes, quedan varadas hasta que llegue la noche y nuevamente tome su camino.

Jorge Cruz, uno de los cuatro trabajadores del área de mantenimiento, le tocó quedarse a trabajar en uno de los camiones, la reparación tomará más de 24 horas, tiene su residencia en Altamira, Tamaulipas.

“Es el segundo viaje, nos tocó venir a los mismos la vez pasada, nos transportamos por la noche, cuando llegamos al sitio nos vamos a descansar, nos tienen en diferentes hoteles, nos dan la hora de cita para regresar al lugar”.

Con experiencia en la logística anterior, la empresa Pesado Transport envío a las mismas personas, que en esta ocasión reconocen que es menos la gente que se ha acercado a ver su trabajo en las calderas.

“La primera vez que nos paramos aquí llegó un montón de gente, los chavos de ahí llegaron a vender sus dulces, nos vienen siguiendo y en donde nos paramos ahí se quedan, pero parecía feria esa vez, hasta un puesto de micheladas se montó del otro lado de los tanques”, comentó.

Ahora el panorama es diferente, un grupo de muchachos del lugar se resguardan del sol debajo un árbol, compran unas bolsas de cacahuates y se quedan a platicar a un costado de los enormes tanques.

En otro punto se encuentra Javier Ramírez, con sus hijas, con poses como si estuvieran cargando los tanques y aprovechan para tomarse fotos.

Comentan que la primera vez de los tanques sólo les tocó el tráfico en la carretera 57, iban a un viaje familiar pero el paso de las calderas los obligó a detenerse por un largo rato antes de llegar a su destino.

“La vez pasada íbamos a San Juan del Río y nos tocó todo el tráfico y ya ni las pudimos ver bien, supimos que iban delante de nosotros y ya ni las vimos; ahorita quisimos venir para conocerlas; la verdad sí están muy imponentes”, agregan.

Junto con sus hijas, tomaron un rato de su tarde, después del trabajo y la escuela, para llegar hasta Santa Rosa Jáuregui y verlas en directo “venimos de Querétaro, de la capital, venimos sólo a esto, a verlas”.

Para los vendedores de bocaditos la venta no como la vez pasada, los pocos curiosos que llegan sólo compran un mango, un vaso con sandía o una bolsita con gomitas.

“Está bien tranquilo, la gente llega después de las 4 o 5 de la tarde, pero ya no es tanta, esperábamos que fuera como la vez pasada porque se juntó mucha gente, ahorita sí llegan y sí compran y aquí vamos a seguirlas hasta que lleguen a San Juan”, expresa Alberto, que junto con tres hombres más, llevan sus carretillas cargadas con mercancía.

El pedido tiene como destino la ciudad de Tula, en el estado de Hidalgo, en donde se usarán en la refinería de Petróleos Mexicanos (Pemex); el pedido llegó desde España y es la segunda caravana para un total de seis tanques y dos torres fraccionadoras. Hasta ahora, se sabe que es el último traslado; se prevé que se queden 10 días en el territorio queretano.

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