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Adaptación a un lugar diferente. Depuración de la cotidianeidad que se deja atrás. El tiempo parece no ser suficiente y por ende, se duerme muy poco. Sin embargo, la misma prisa y ajetreo del cambio hace que ni se repare en el cansancio. Sacar, envolver, empacar, mover, sacudir, sellar con cinta adhesiva son movimientos incesantes. Subir, bajar, cargar, descargar.
La víspera de una mudanza también remueve sentimientos. Genera nuevas expectativas y nuevos temores por igual. Deja a su vez, grandes aprendizajes, pero desinstalarse de un sitio que se consideró un hogar por varios años es caótico.
Son semanas previas de revisión. Qué se va y qué no. Cajas sobre cajas y bolsas sobre bolsas. Más cuando se llegará a un espacio de menor tamaño que donde se estaba, con un nivel menor. Desapegarse de lo acostumbrado para dar pie a una renovada rutina, otros vecinos y en general un nuevo e incierto entorno también son pensamientos que inundan la mente de quien se muda.
Paralelamente el trámite de la adquisición de la nueva vivienda donde se reinstalará el patrimonio, está en proceso. Pagos y gastos surgen por doquier.
Una mudanza se convierte en un flete de vicisitudes para quienes la experimentan. La desinstalación de la vida como se concebía para instalarla en un nuevo sitio, no es una labor sencilla.
Nuevos rumbos
Alex ya perdió la cuenta. En su adolescencia supo el significado de la palabra mudanza. Desde la separación de sus padres hasta hace poco más de un lustro, con la llegada a un nuevo estado para vivir que implicó el traslado de la mayoría de sus pertenencias por carretera. Por el contrario, su esposa Yazmín, experimentó por primera vez un cambio de casa desde que se unió a Alex para conformar una familia.
Hace más de cinco años que mantenían una rutina y que la pareja tenía bien reconocido el terreno. Su colonia y sus vecinos. Sin embargo, el crecimiento y el desarrollo en conjunto con sus dos pequeños hijos los llevó a prepararse para la mudanza. Por fin, tras varios años de anhelo, se cristalizó la adquisición de una vivienda propia.
Por ende, el movimiento requirió una minuciosa revisión y selección de los artículos que se trasladarían al nuevo hogar. “Uno va acumulando cosas pensando que las utilizará después y ahí se quedan. Cuando te das cuenta estás hasta el cuello de cosas que no utilizaste, eso es lo más complicado, la depuración del lugar que se deja”, afirmó Yazmín.
Una limpia que necesita tiempo, pero la rutina cotidiana no lo permite así que hay que hacerse de espacios para revisar, elegir y empacar, que normalmente son de noche y se acaba de madrugada.
“Con las actividades normales, la ida de los niños a la escuela, las demás tareas de la casa como lavar, hacer la comida, son cosas que no se pueden dejar de hacer, por eso uno se desvela conforme se acerca el día del cambio de casa, son las horas que aprovechamos para revisar y guardar”, detalló la ama de casa.
Además, según Yazmín, también es necesario hacerse tiempo para que se haga una limpieza a fondo de la vivienda que se deja, después del traslado de muebles y los artículos empacados, antes de devolver las llaves al arrendador.
“En nuestro caso por los niños también tuvimos que pintar para poder entregar la casa a los dueños. La última semana antes de la mudanza fue la más pesada, por todo el movimiento que se genera, ver con quien dejamos a los hijos para poder sacar y llevar las cosas. Es algo muy demandante pero ahora que vamos a una casa que es de nosotros, todos los sacrificios valen la pena”, comenta.
Para ser su primera mudanza, la madre de familia de 29 años se siente entusiasmada por los nuevos rumbos que ha tomado su entorno, aunque quedó sorprendida por todas las cosas y recursos necesarios para un cambio de hogar.
Familia, un apoyo esencial
Como trabajador, Alex tenía años que añoraba una casa propia, aunque fue hasta principios de 2017 que pudo cristalizar su anhelo. Un patrimonio para su familia que logró después de más de 10 años de trabajo.
Aunque su llegada a Querétaro era la que el padre de familia consideraba la mudanza más representativa en su vida, ahora cambió de opinión. “Quizá cuando llegué al estado sentía que había hecho el mayor cambio en mi vida, pero ahora al valorar esta situación que nos está pasando, este cambio, sin duda creo que esta es la mudanza más importante, la que nos lleva a un hogar propio algo que se buscó por muchos años”, platicó.
Pero otra cosa que reconoce el joven que rebasa las tres décadas de vida, es que sin el apoyo de la familia no se podrían lograr algunas metas, que están relacionadas directamente con el cambio.
Además de los trámites para la adquisición de la nueva vivienda a la que llegaron, Alex contó con el apoyo de sus suegros en algunas cuestiones, tanto del cambio como tal con los traslados, como en los gastos que se requirieron.
Se contrató un flete con el que se llevaron los artículos más grandes como refrigerador, lavadora, sala, comedor, camas, etcétera, para el que se requirieron 800 pesos. Además, los traslados en los autos particulares de las cajas y bolsas, que conllevaron el uso de combustible.
También se realizaron instalaciones en la casa nueva como protecciones, se compró tanque de gas, se hicieron algunas renovaciones, el cambio de la línea de internet, todo eso generó gastos imprevistos.
Contra reloj
Aparte de tiempo, las mudanzas propician diversos gastos que no se esperan, pero que poco a poco se solventan para poder establecerse en el nuevo sitio. Alex reconoce que son circunstancias que se hacen contra reloj pues hay un día de entrega acordado.
“Es una ayuda muy valiosa, desde que nos cuiden a los niños como el que nos echen la mano con todo lo que se genera con un cambio como este, que para nosotros es importante. Sabemos que se requerirá un tiempo de adaptación, pero es parte de lo que estamos pasando como familia”.
Pero por ahora, Alex y Yazmín están tranquilos. Saben que podrán adaptarse a las nuevas circunstancias con su nuevo hogar, sobre todo porque han dejado de pagar una renta mensual para llegar a un hogar propio. Una mudanza necesaria, con la que se renuevan las ilusiones de una familia joven que busca un mejor desarrollo y calidad de vida para todos sus integrantes.