El propósito de la Zumba Master Class 2017 fue reunir a los instructores certificados, pues no cualquier puede usar el nombre “zumba”, que es una marca registrada, dijo la instructora certificada, Beatriz Jaramillo, quien participó en esta actividad.
Mónica Vallecillo, otra de las organizadoras, explicó que son un grupo de instructores certificados de zumba, con el fin de que la gente vea quiénes son los instructores validados y no se vayan con los “piratas”, que usan el nombre de zumba sin que estén reconocidos, cuando el nombre mismo de la disciplina es una marca registrada.
“Al ser participantes, al ser miembros ZIM (Zumba Instructor Network) la red mundial de instructores por la marca zumba, entonces este proyecto inicia para fomentar la zumba en nuestras clases, de dar a conocer a los profesionales del programa”, dijo.
Vallecillo explicó que dando clases de baile tiene 15 años y como instructora certificada ya lleva cuatro años, lo que le ha brindado profesionalismo a su trabajo. Explicó que supo de zumba a través de que veía las clases y tuvo la oportunidad de certificarse con Alberto, Beto, Pérez, colombiano que creó este concepto.
En tanto, Jaramillo comentó que tiene cinco años certificada como instructora, reconocimiento que logró en Guadalajara, Jalisco, pues vive desde hace dos años en Querétaro.
“Me invitaron a una clase y te das cuenta que no es la clase normal de ejercicio. Soy pésima para hacer ejercicio, entonces esto es divertido. Zumba es ejercicio disfrazado con el baile. Eso es lo interesante”, apuntó.
Sobre las actividades de la Zumba Master Class 2017, dijo que no sólo fue la clase normal, pues también se llevó a cabo una clase de aqua zumba y una de zumba kids.
Agregó que en Querétaro hay alrededor de 50 instructores certificados de zumba, que no pudieron estar en su totalidad en el evento de ayer en el Parque Bicentenario, por distintos compromisos, pero se dieron cita 35, y 20 más que vinieron de otros estados del país, incluso de otros países, como Italia y Estados Unidos.
Jaramillo señaló que la sencillez de la disciplina la hace accesible a todos las personas, “ves de todo, ves desde la delgadita, hasta la que tiene sobrepeso, a la más grande, a la más chica, ves de todo, entonces todo mundo lo puede hacer”.
Señaló que no hay un límite o impedimento para la práctica del zumba. “Nunca habrá un límite para el baile, mientras lo puedan hacer, son bienvenidos a una clase de zumba”.
Madre de dos hijos, uno de 15 y otro de 11 años de edad, subrayó que aunque sus vástagos no practican zumba, les gusta ver a su mamá activa, pues tiene derecho a tener tiempo para ella. Explicó que da clases en diferentes sitios, y la cantidad de alumnos es variable, pues pueden ser hasta 50 en una clase, y como mínimo llegan a ser 35 los participantes.