Los menores infractores que comenten un delito tienen 95% de probabilidades de reinsertarse exitosamente a la sociedad, refirió la magistrada de la Sala de Justicia para Adolescentes del Tribunal Superior de Justicia, Mariela Ponce Villa.
Añadió que a pesar de que no se les pueden imponer penas altas de internamiento o privación de la libertad, el proceso de rehabilitación social es casi siempre exitoso, porque es integral y combina diversos tratamientos de apoyo.
“Gracias a todos estos tratamientos y a la edad en la que ellos se encuentran, sí está en un 95% las posibilidades de reinserción positiva y adecuada a su grupo social y su grupo familiar y en ese 5% estaría el margen de reincidencia”.
Recordó que estos lineamientos se derivan de reformas a la Constitución Política del país, que se realizaron con base a diversos tratados internacionales que México firmó, y de la entrada en vigor la Ley Nacional Integral en Justicia para Adolescentes que toma en cuenta el grado de madurez de los adolescentes infractores.
Esta normatividad busca internar a los menores el menor tiempo posible de acuerdo a su edad y tiene un énfasis en buscar la rehabilitación social y no el castigo, subrayó la magistrada.
“La ley nacional determina tres rangos de edad dentro de los adolescentes… el primero va de los 12 hasta antes de los 14 años: a ellos no se les puede privar de su libertad, solamente son medidas en libertad; el segundo rango es de los 14 hasta antes de los 16 años: a ellos sí se les puede privar de su libertad, pero hasta un máximo de pena de tres años. El tercer rango es desde los 16 años y hasta antes de cumplir 18 con una duración de pena de hasta 5 años”.
De estas reformas se derivó el Sistema Integral de Justicia para Adolescentes que conjunta una serie de medidas para lograr la reintegración y evitar la reincidencia delictiva, resaltó Ponce Villa.
“Lo cierto es que el sistema de adolescentes no quiere arruinar sus vidas, al contrario, quiere que esa persona que está en un proceso de formación, en un proceso desarrollo, pueda integrarse de manera positiva a su grupo social y familiar, y en segundo lugar evitar que esa persona vuelva a cometer algún delito”.
De acuerdo a su experiencia, dijo, la mayoría de los adolescentes logra reinsertarse de manera exitosa, ya que están en un proceso de formación, además de que el internamiento se complementa con diversas acciones que coadyuvan para lograr el cometido.
“No se le puede reprochar la conducta de la misma manera y con la misma severidad a cuando se trata de una persona adulta. Lo que se requiere es que el adolescente adquiera una experiencia de legalidad… afortunadamente en adolescentes es un alto porcentaje, yo diría que más bien es un mínimo porcentaje de aquellos adolescentes que tienen alguna otra problemática que reinciden”.
Finalmente resaltó que la serie de acciones complementarias que se realizan son terapias psicológicas, continuar su educación, el involucramiento de los padres, enseñarles algún oficio y el seguimiento al menor y su familia luego de salir del internamiento, entre otras medidas que los jueces determinan de acuerdo a cada caso.